A partir del nuevo listado oficial de la OMS, que entrará en vigencia en 2022, el síndrome de burn out será una patología reconocida.
El Síndrome de Burnout, también conocido como síndrome de desgaste ocupacional o profesional, es una afección que se produce como respuesta a presiones prolongadas que una persona sufre ante factores estresantes emocionales e interpersonales relacionados con el trabajo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad, más de la mitad de los trabajadores en el mundo sufre estrés, por lo que ya se considera una epidemia.
Se desencadena por una inadecuada adaptación, que conlleva a una disminución del rendimiento laboral, que además está acompañada por una sensación de autoestima baja. Cabe mencionar que es más frecuente en personalidades tipo A, que característicamente son extremadamente competitivas, impacientes, hiperexigentes y perfeccionistas.
Hasta ahora, el trastorno se consideraba solamente un fenómeno vinculado al trabajo. Sin embargo, dado el impacto que puede tener en la salud, la OMS decidió incluirlo dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades; esta lista de patologías sirve para establecer tendencias y estadísticas sanitarias.
Según explicó el portavoz de la OMS, el desgaste profesional ya estaba incluido en una clasificación precedente bajo el capítulo “Factores que influyen el estado de salud”.
Además, precisó que la definición de este trastorno “fue modificada a raíz de las investigaciones actuales”, por lo que quedó descrito como”un síndrome […] resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito” y que se caracteriza por tres elementos: “una sensación de agotamiento”, “cinismo o sentimientos negativos relacionados con su trabajo” y una “eficacia profesional reducida”.
Es importante tener en cuenta que el término desgaste profesional “se refiere específicamente a fenómenos relativos al contexto profesional y no debe utilizarse para describir experiencias en otros ámbitos de la vida”.
La nueva clasificación, llamada CIP-11, se publicó el año pasado y se aprobó durante la edición de este año de la Asamblea Mundial. Así, entrará en vigor el 1 de enero de 2022.
La Clasificación de Enfermedades de la OMS proporciona un lenguaje común que facilita el intercambio de informaciones sanitarias entre los profesionales de la salud de todo el mundo.
Fuente: iprofesional.com