Fue el resultado de un aumento de los gastos, especialmente los sociales, y una baja de la recaudación.
Por la caída de la recaudación y el aumento de los gastos, durante el mes pasado -en que ya se sintieron los efectos de la cuarentena por el coronavirus– las cuentas públicas nacionales, sin sumar los intereses de la deuda, arrojaron un déficit primario de $ 84.024 millones. Descontando la inflación, representa en términos reales, una suba del 175,1% con relación a igual mes de 2019.
En tanto, sumando los intereses ($ 51.687 millones, equivalente a US$ 815 millones) , el desequilibrio financiero fue de $135.711 millones, un aumento interanual real del 25,6%.
El Informe señala que en marzo “en un contexto económico adverso, de caída de la producción, el consumo y el empleo, los recursos tributarios retrocedieron 14,7 % interanual en términos reales y los de la Seguridad Social el 4,2% a/a. El crecimiento del gasto estuvo básicamente condicionado por el auxilio económico a beneficiarios de planes sociales, transferencias a provincias y hospitales, en el marco de la pandemia”.
Por su parte, los gastos de capital ( inversiones) en términos reales retrocedieron un 31,1% mientras los ingresos de este rubro “registraron un aumento real del 145%”, en especial “como consecuencia de la venta de activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSeS”.
El fuerte déficit del primer trimestre del año – $ 216.624 millones- un 309,1% superior al de igual período de 2019 y que restando la inflación implica un incremento real del 175,1%- llevó al Gobierno a reforzar en estos meses el Presupuesto vigente en $ 64.550 millones para las prestaciones sociales y transferencias a las Provincias.
Fuente: ieco.clarin.com