Desde el inicio de julio el Banco Central (BCRA), los bancos y las empresas gestionadoras de cajeros automáticos se encontraron frente a un problema: la sobreoferta de billetes de $100.
La autoridad monetaria no puede desaprovechar los billetes de $100 que ya están en circulación e intenta deshacerse de ellos, por lo que los ofrece para llenar los cajeros, lo cual para los bancos es muy poco redituable.
Como consecuencia de los altos costos de logística de caudales que implica trasladar el dinero en efectivo, para los bancos es más conveniente llenar los cajeros con billetes de $500 o $1000.
El problema es cargar con gran cantidad de billetes de $100, que en 2016 equivalían a casi siete dólares, hoy vale solamente 60 centavos de dólar, lo cual evidencia lo poco que una persona puede comprar con él. El valor de compra de estos es ínfimo y los clientes prefieren contar con billetes de mayor denominación.
Sin embargo, no es solamente ese el problema. Ya que los cajeros no pueden entregar más de 40 billetes por extracción, el límite de la misma se ha convertido, por default, en tan sólo $4000 y muchos clientes se ven obligados a hacer varias extracciones para poder retirar el monto deseado. Ahora, los cajeros automáticos están llenos de billetes de $100 y se vacían rápidamente.
No sólo hay que hacer muchas extracciones en uno o varios días, sino que puede pasar que el cajero directamente no tenga efectivo para otorgar.
Otras formas de conseguir efectivo
De todos modos, en la actualidad existen otros métodos para poder conseguir billetes en mano. Una de ellas es retirar dinero al momento de pagar con tarjeta de débito en farmacias, supermercados, o algún otro comercio.
El tope de esos retiros es de $15.000 diarios, monto que evidencia que el tope de $4000 es sumamente escaso para muchos clientes y que los bancos volvieron a tener el viejo problema de circulante chico en una economía de alta inflación.
Es cierto que en el contexto actual el dinero en efectivo también mermó en interés durante el último año y medio. Durante la pandemia se estancó el crecimiento de la red de cajeros bancarios.
Según datos del mismo BCRA, en abril funcionaron en la Argentina 17.613 cajeros automáticos, de los cuales 13.177 están ubicados dentro de las sucursales bancarias y 4.436 están fuera de ellas. En el último año, dentro de los bancos se instalaron solamente 86 cajeros nuevos. No sólo eso, si no que también producto de la pandemia y la “nueva normalidad” la gente se desacostumbra al uso del efectivo y ganan otras alternativas, como el dinero electrónico.
Fuente: iprofesional.com
