El índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que elabora sobre los productos más comercializados a nivel mundial, promedió 125,7 puntos en 2021, el más alto desde 131,9 en 2011.
El guarismo mensual disminuyó levemente en diciembre, pero había subido durante los cuatro meses anteriores consecutivos, lo que refleja los reveses de la cosecha y la fuerte demanda del año pasado.
La valía más alta de los alimentos ha incidido en la inflación a medida que las economías se recuperan de la crisis del coronavirus. La FAO ha advertido que los costos más altos están poniendo en riesgo a las poblaciones más pobres en los países que dependen de las importaciones.
En su última actualización, la agencia se mostró cautelosa sobre si las presiones sobre los precios podrían disminuir este año.
“Si bien se espera que los precios normalmente altos den lugar a un aumento de la producción, el alto costo de los insumos, la pandemia mundial y las condiciones climáticas cada vez más inciertas dejan poco margen para el optimismo sobre el regreso a un mercado más estable, incluso en 2022″, señaló el economista senior de la FAO Abdolreza Abbassian.
El encarecimiento en el valor de los fertilizantes y los de la energía elevaron a los insumos utilizados por la agricultura, lo que genera dudas sobre las perspectivas de rendimiento para las cosechas del próximo año.
En diciembre pasado, los montos de todas las categorías de alimentos, productos lácteos, los aceites vegetales y el azúcar cayeron significativamente, según el monitoreo de la agencia.
Citó una pausa en la demanda durante el mes, preocupaciones sobre el impacto de Ómicron y suministros de las cosechas de trigo del hemisferio sur a la disminución.
Sin embargo, todas las categorías del índice mostraron fuertes aumentos durante el 2021 en su conjunto y observa al aceite vegetal con récord.
El futuro de los cultivos ha experimentado un comercio volátil a principios de 2022, con los mercados de semillas oleaginosas agitados por la sequía en América del Sur y las inundaciones en Malasia.
Las cantidades de los productos lácteos mantuvieron su fortaleza reciente en diciembre, ayudados por la menor producción de leche en Europa Occidental y Oceanía, dijo la FAO.
A nivel local, los costos de las economías regionales subieron un 73 %, mientras que los precios sólo 47 %
El clima y la sequía oscurecen perspectivas productivas de las regiones. Según el relevamiento “Semáforo de Economías Regionales”, que complican más con las últimas noticias de enero. De 19 economías regionales, en 13 de ellas, los precios recibidos no alcanzan a la inflación interanual acumulada, que fue de casi el 51 %.
“El semáforo de diciembre, con datos a noviembre de 2021, no muestra grandes cambios significativos respecto al equivalente de octubre, pero se consolidan los efectos negativos en las variables de seguimiento. Crecen los rojos -la referencia más alarmante-, se reducen los amarillos y no crecen significativamente los verdes, que marcan estabilidad”, según el documento.
Hay 10 actividades en rojo; esto es en crisis o con signos de crisis: los cítricos dulces, arroz, aves, bovinos, hortalizas, leche, maní, ovinos, papa y peras y manzanas. En tanto, los dos sectores que figuran en amarillo, que significa que tienen una situación de advertencia, son la apicultura y el tabaco. Mientras que en color verde están el algodón, forestal, granos, mandioca, porcino, yerba mate y, vino y mosto.
Las estimaciones de importes al productor medidos a valores corrientes, que refieren a noviembre, mostraron mucha heterogeneidad en subas y bajas. En 13 actividades no alcanzan a la inflación interanual acumulada.
“En términos de costos, 15 de las 19 actividades mostraron subas interanuales superiores a sus propios valores, lo que plantea una señal de alarma en el mediano plazo. En promedio simple, se registra una suba interanual de costes a noviembre de un 73 %, mientras que los precios solo 47 %”, detalla el documento.