El indicador de la Universidad Torcuato Di Tella no pudo sostener la recuperación sorpresiva de 6,3% en enero. Aumentó el mal humor en todas las regiones. Los factores determinantes del punto de giro.
Concluye un febrero signado por las expectativas y deseos de la mayor parte de los agentes de que el Gobierno logre un acuerdo con el FMI que permita impulsar la economía, luego de la sólo recuperación del 2021 sobre la base de un pésimo 2020; y a la vez consternado por el drástico cambio escenario internacional con la invasión de Rusia a Ucrania, con sus primeros efectos sobre la apreciación del dólar en el mundo y la consecuente suba de los precios internacionales de las materias primas; mientras internamente las autoridades no son precisas en las señales que emite el equipo económico sobre el sendero que tendrán las tarifas de los servicios públicos, y genera más tensiones que soluciones en el tratamiento de los dramáticos incendios en Corrientes.
Semejante combinación de hechos simultáneos parece explicar la nueva caída del Índice de Confianza del Consumidor en febrero, tras el sorpresivo repunte de 6,3% que había registrado en enero, luego de tres meses en declive, según el relevamiento de Poliarquía Consultores para el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella.
La disminución del estado de ánimo de las familias en algún modo fue anticipado por el indicador de Confianza en el Gobierno que la casa de altos estudios difundió previamente, al punto más bajo desde el inicio de la presidencia de Alberto Fernández, aunque en este caso la caída en los 27 meses de gestión es de 6,9%; singularmente más marcada en el interior del país con 11,6%; seguida por 5,2% en el área del Gran Buenos Aires; y 3,3% en CABA.
Una respuesta similar anotó el indicador en la variación respecto del mes anterior que confirmó que la mejora de enero no tenía sustento para que se afirmara: bajó 2% en el interior y GBA, y en menor medida, 0,7% en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En gran medida, ea brecha se explicaría por concentrar el distrito porteño a la población con mayores ingresos, porque algunas familias tiene mayor capacidad que en el resto del país para generar ahorros y volcarlos como refugio de valor a la compra de bienes durables, como viviendas, automotores y refacciones en sus hogares.
Justamente, el relevamiento del CIF detectó que en febrero variaciones heterogéneas en los principales componentes del índice: “Mientras que los subíndices de Situación Personal y Situación Macroeconómica cayeron 2,2% y 5,4% respectivamente, el de Bienes Durables e Inmuebles subió 3,5%, siempre con respecto al mes previo”.
De ahí que, por nivel de ingresos del individuo, la confianza subió 1,9% en el grupo de consumidores con mayores recursos monetarios y bajó 5,6% en el extremo opuesto.
Cuadro heterogéneo
En comparación con los índices regionales de un año antes, el ICC mantuvo sendos aumentos de 6,9% en el Interior; 6,8% en GBA y 2,4% en CABA, con un promedio general de 4,4 por ciento.
En el caso de los subíndices de los componentes, se mantuvo en el cotejo interanual la heterogeneidad de las variaciones: subieron 16,4% en el caso de las expectativas de compras de bienes durables; y 7,2% en la situación personal, en línea con la recuperación de la actividad económica agregada, pero por el contrario cayó 6,3% en el que mide la percepción del escenario macroeconómico.
Ese comportamiento heterogéneo del indicador volvió a manifestarse en el que busca dar señales para los próximos meses: aumentó 2,1% en el referido a las “Condiciones Presentes”, y disminuyó 4,6% en el que mide las “Expectativas Futuras”.
El relevamiento de Poliarquía Consultores para el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella fue hecho a través de consulta telefónica a 1.209 residentes de 40 localidades de todo el país a lo largo de la primera quincena del mes.
Fuente: infobae economico