ECONOMÍA – El papel de $1.000, “noqueado” por la inflación: más expertos reclaman un nuevo billete de $10.000

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El poder de compra del billete de más alta denominación se desplomó desde que se lanzó a fines de 2017 hasta ahora. Cuánto debería valer hoy para igualarse

Para aquellos que utilizan efectivo, se está transformando en un verdadero dolor de cabeza realizar los pagos cotidianos, donde el billete de máxima denominación argentina ya no alcanza, ni siquiera, para pagar un almuerzo, ni una estadía de estacionamiento, ni un kilo de carne. Por lo que se instala nuevamente en el mercado la necesidad de que el Gobierno emita nuevos valores más altos.

Con la escalada inflacionaria de los últimos meses este problema se ha incrementado, debido a que el poder de compra de los pesos es cada vez menor. Y desde el Banco Central tampoco existe un interés genuino en lanzar nuevas denominaciones, debido a que se dice por lo bajo que el objetivo que tienen las autoridades es el de disminuir cada vez más el uso del cash, para desincentivar las transacciones dentro de la economía informal.

Claro que esta situación genera un gran problema para la economía, porque los cajeros automáticos no dan abasto para entregar el dinero solicitado por los usuarios, y además se forman “cuellos de botella” en la logística de los comercios y entidades que cobran en efectivo, debido a que deben guardar, ordenar y enviar a los bancos una cantidad cada vez más alta de dinero.

De esta forma, aumenta cada vez más el volumen de billetes de $1.000 que circulan entre el público y las entidades bancarias. De acuerdo a cálculos de iProfesional, en base a cifras del BCRA, durante todo 2022 creció el número de los actuales papeles de máxima denominación en un 34%. Es decir, se emitieron este año unos 568,6 millones de unidades más. Y, en total, ya hay en la calle unos 2.236,5 millones de ejemplares con la imagen del hornero.

Pesos que valen menos: cómo cayó poder de compra de $1.000

Lo concreto es que el poder de compra del billete de mayor denominación que tiene la economía doméstica, desde su puesta en circulación en diciembre de 2017, es cada vez menor, dado los elevados ascensos de los precios internos.

“Desde que nació el de $1.000 hace menos de 5 años, la inflación ha promediado el 52% anual, quitándole a pasos agigantados su capacidad de compra hasta reducirla en la actualidad a menos del 15% de la que poseía al momento de su lanzamiento”, sentencia a iProfesional Andrés Méndez, director de AMF Economía.

El poder de compra del billete de $1.000 habrá caído 90% en diciembre, respecto al que tenía en diciembre del 2017, cuando fue lanzado por el BCRA.

De hecho, la pérdida de la capacidad de compra del billete del hornero fue muy grande apenas fue lanzado a la calle, debido a que en diciembre de 2019, al celebrar su segundo año, había resignado el 56% de su poderío. Y hace un año atrás ese porcentual se había reducido hasta el 76%.

En resumen, un billete de $1.000 hoy equivale a $150 respecto al poder de compra que tenía este papel hace casi 5 años atrás, cuando fue lanzado.

“Con la dinámica esperada en materia de aumento de precios de bienes y servicios, puede estimarse que cuando llegue en diciembre que viene al quinto aniversario de su puesta en vigor, su capacidad de compra apenas bordeará el 10% de la cantidad de bienes y servicios a los que podía acceder en diciembre de 2017. Es decir, invirtiendo estos resultados, el billete se encamina a un dudoso privilegio: haber perdido casi el 90% de su valor desde que comenzó a circular”, resume Méndez a iProfesional.

Nueva cifra para el billete de mayor denominación

Por lo tanto, aquel billete de $1.000 que asomó hace menos de cinco años atrás, se encamina a requerir un reemplazante natural que “multiplique por 10 su valor escrito”, advierte este analista.

“En concreto, puede trazarse, por un lado, una evolución del hipotético valor que debió tener el billete en cada mes para poseer un poder de compra equivalente al de su puesta en circulación. En este caso, en septiembre esta valuación se ubicará por encima de los $7.500”, detalla Méndez.

Esto quiere decir que hoy se debería imprimir un billete de “$7.654” para equiparar el valor que tenía el de $1.000 cuando fue puesto en circulación en la calle.

Para equiparar el valor de compra que tenía el billete de $1.000 hace 5 años atrás, hoy debería valer ese máximo papel unos $7.654.

En números redondos, se precisaría pensar en un billete de $10.000 para, por lo menos, tener un equivalente al valor que tenía la máxima unidad actual cuando fue lanzada en diciembre de 2017.

De hecho, en base a los pronósticos de inflación para los próximos meses, para que un papel de $1.000 valga lo mismo que cuando se emitió por primera vez hace 5 años atrás, necesitaría en diciembre que viene tener un valor de $9.000.

“Y en el primer trimestre de 2023, más precisamente en febrero próximo, será necesario disponer de un billete de $10.000 para adquirir una canasta de bienes y servicios equivalente a la que se accedió en diciembre de 2017 con un billete de $1.000”, grafica Méndez.

Entonces, de confirmarse estas previsiones de suba de precios para los próximos meses, al promediar el primer trimestre de 2023 serán necesarios 10 billetes de la máxima denominación actual para adquirir una canasta equivalente a la que se accedía hace 5 años atrás con un solo hornero.”Expresado de otra forma, dentro de 5 meses, el billete de $1.000 tendrá similar poder adquisitivo al menguado que exhibía el billete de $100 en diciembre de 2017″, finaliza Méndez a iProfesional.

Fuente: iprofesional.com