ECONOMÍA – La industria cayó 1,5% en mayo y la construcción retrocedió 2,2%

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Ambos índices reflejan el impacto que tienen en estos sectores las trabas a la importación, la aceleración de la inflación y la sequía; en el acumulado del año las fábricas crecen 2,2% y las obras bajan 1,9%.

Luego de ilusionar con dos meses consecutivos de crecimiento, la industria y la construcción tuvieron una caída mensual en mayo de 1,5% y 2,2%, respectivamente, con lo que se cumplen las estimaciones de economistas que preveían que las restricciones a las importaciones, la aceleración inflacionaria y la sequía iban a empezar a golpear en la actividad. Algo había anticipado también la semana pasada el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), que arrojó una baja en abril de 4,2%.

Ambos datos fueron publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en el Índice de producción industrial manufacturera (IPIM) y el Indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC), donde también informó que la industria y la construcción tuvieron una suba interanual de 1,1% y 2,9%, respectivamente. En el acumulado de enero a mayo, en tanto, las fábricas muestran un avance de 2,2%, mientras que las obras caen 1,9%.

El economista Gabriel Caamaño, de Estudio Ledesma, comentó que estas dos fuertes caídas de mayo refuerzan la perspectiva de que el dato de actividad económica para dicho mes profundice la tendencia que ya había mostrado abril. “Era lo esperable, producto del impacto de la sequía se esperaba que el segundo trimestre fuera por lejos el peor del año, pero a eso ahora se le empieza a sumar el impacto de la aceleración inflacionaria sobre el ingreso real, la mayor incertidumbre asociada al proceso electoral y restricciones cada vez más duras, producto de la sostenida pérdida de reservas”, analizó el especialista.

La economista Natalia Motyl coincidió en que la producción manufacturera “comienza a mostrar la caída que se estaba esperando a partir del segundo trimestre del año por la falta de disponibilidad de dólares para importar insumos; presiones en el mercado cambiario y especulación generando atrasos en la entrega de insumos por parte de proveedores; suba de tasas de interés que dificulta el financiamiento de los sectores e inestabilidad macroeconómica que contraía producción por expectativas”.

Fuente: la nacion