En términos reales, la inflación de los precios de los alimentos superó a la inflación general en el 81% de los 162 países de los que se dispone de datos, señaló el Banco Mundial.
La persistente inflación en los precios de los alimentos mantiene su marcado ascenso en diversas partes del mundo. Los datos más recientes, aportados por el Banco Mundial, correspondientes a los meses comprendidos entre mayo y agosto de 2023, revelan una persistencia de esa dinámica en múltiples países de ingresos bajos y medianos.
Alarmantemente, más de la mitad de los países de ingresos bajos (52,6%), un porcentaje aún mayor de los países de ingresos medianos bajos (86%) y un considerable número de países de ingresos medianos altos (64%) han experimentado una inflación que supera el 5%. Muchos de estos países están siendo golpeados por tasas de inflación de dos dígitos.
En términos reales, la inflación de los precios de los alimentos superó a la inflación general en el 81% de los 162 países de los que se dispone de datos, señaló el Banco Mundial en su última actualización sobre seguridad alimentaria.
Además, un 73,2% de los países de ingresos altos están viendo un aumento significativo en la inflación de los precios de los alimentos. Esta crisis afecta principalmente a naciones situadas en África, América del Norte, América Latina, Asia Meridional, Europa y Asia Central. En términos reales, la inflación de los precios de los alimentos superó a la inflación general en el 81% de los 162 países de los que se dispone de datos, señaló el Banco Mundial en su última actualización sobre seguridad alimentaria.
Inflación: la evolución de los precios
Desde la última actualización del 27 de julio, los índices de los precios agrícolas y de los cereales han sufrido un declive significativo, descendiendo en un 6 % y un 10 %, respectivamente. Esta baja se ha visto reflejada igualmente en los índices de los precios de exportación, que se mantuvieron en el mismo nivel. La caída en el índice de los precios de los cereales ha sido impulsada principalmente por el comportamiento a la baja de los precios del maíz y el trigo, disminuyendo un 13 % y un 24 % respectivamente desde entonces.
En términos interanuales, estos precios han caído en un alarmante 28 % y 31 % para el maíz y el trigo, respectivamente. Sin embargo, persiste la tendencia al alza de los precios del arroz desde mayo, y ahora muestran un aumento del 31 %. Comparado con enero de 2021, los precios del maíz han bajado un 6 %, los del trigo un 12 %, mientras que los del arroz han subido un preocupante 16 %.
En la edición de septiembre de 2023 del Informe de Seguimiento del Mercado del Sistema de Información sobre los Mercados Agrícolas (SIMA) se destacan eventos recientes que están influyendo en los mercados de productos básicos agrícolas. Estos incluyen las restricciones a la exportación de arroz de India y la actual guerra en Ucrania, que han tenido un impacto sustancial en los precios de los cereales, especialmente en el trigo debido a las exportaciones masivas registradas en el Mar Negro antes de la terminación de un acuerdo.
Inflación: el impacto de la guerra y producción récord de cereales
La rescisión de la Iniciativa de Cereales del Mar Negro y los ataques rusos a las instalaciones de exportación ucranianas han aumentado la volatilidad del mercado. A pesar de estos desafíos, las perspectivas para la producción mundial de soja y maíz este año son positivas. Sin embargo, se han planteado preocupaciones debido al aumento de precios de los insumos agrícolas, especialmente aquellos relacionados con fuentes de energía basadas en combustibles fósiles, como los fertilizantes minerales, lo que ha suscitado inquietudes sobre la seguridad alimentaria mundial.
En la próxima temporada 2023-24, se espera que el mercado mundial de cereales muestre mejoras notables, principalmente debido a la producción récord de tres granos básicos: trigo, maíz y arroz. Se pronostica que la producción de trigo alcanzará un nivel sin precedentes, gracias a una combinación de factores como la recuperación de Argentina de una grave sequía que había afectado su producción de trigo, una pronosticada producción cercana al máximo histórico en Canadá y cosechas considerables anticipadas en China, la Unión Europea e India.
Similarmente, la producción de maíz también se espera que alcance niveles récord en 2023-24, impulsada por aumentos previstos en la producción en Argentina, China, la Unión Europea y Estados Unidos. Sin embargo, las restricciones impuestas por India a las exportaciones de arroz no basmati han limitado los suministros mundiales de este producto y han afectado la dinámica general del mercado. A pesar de estos desafíos, se prevé que los suministros mundiales de cereales aumenten en aproximadamente 60 millones de toneladas en 2023-24, un incremento ligeramente superior al crecimiento anual promedio a largo plazo.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) manifestó en varias ocasiones los diversos impactos regionales del fenómeno de El Niño. En África oriental, las precipitaciones superiores a la media inducidas por El Niño podrían representar ventajas e inconvenientes, ya que aunque podrían ayudar a la recuperación de las actuales condiciones de sequía y estimular la producción agrícola y ganadera, también conllevan el riesgo de fuertes lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra, especialmente en áreas como el este de Etiopía, Kenia, Somalia y el sur de Uganda.
En Asia y el Pacífico, los efectos de El Niño varían de una región a otra y afectan la agricultura y la seguridad alimentaria de maneras diferentes. Se anticipan pérdidas relacionadas con la sequía en las cosechas de cereales, legumbres y cultivos comerciales clave, así como amenazas para el sector acuícola originadas en la intrusión de agua salada en países de Asia sudoriental. Además, se prevé una mortalidad del ganado debido al aumento de las temperaturas y la escasez de agua. Por último, en América Latina y el Caribe, los impactos de El Niño incluyen retrasos en las siembras, pérdidas de cultivos y problemas en la ganadería en países como Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, así como en naciones de Centroamérica.
Después de la invasión de Rusia a Ucrania, se registró un incremento significativo en las políticas relacionadas con el comercio implementadas por varios países. La crisis alimentaria mundial se ha agudizado en parte debido al aumento en las restricciones al comercio de alimentos establecidas por países con el objetivo de aumentar la oferta interna y reducir los precios.
Hasta el 11 de septiembre de 2023, 19 países habían establecido 27 prohibiciones a la exportación de alimentos, y 7 habían implementado 12 medidas de restricción de las exportaciones. Lo que deriva en desafíos adicionales en la lucha por garantizar la seguridad alimentaria a nivel global y subraya la necesidad de abordar estos problemas de manera colaborativa y coordinada en la comunidad internacional.
Fuente: ambito