ECONOMÍA – Guerra entre Israel y Hamás: qué efectos podría provocar en la economía mundial según los expertos

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Aunque es difícil predecir cómo se desarrollarán los acontecimientos, advierten que “tendrá repercusiones en los ámbitos fiscal, monetario e industrial”.

Una nueva guerra tiene en vilo al mundo, al conflicto en Ucrania, ahora se sumó un nuevo enfrentamiento en Medio Oriente. El ataque de Hamás a Israel que reavivó los temores sobre la seguridad global ante la idea de que la contienda pueda extenderse por la región si se demuestra que Irán ayudó a financiar y planificar el asalto.

Aunque es difícil predecir cómo se desarrollarán los acontecimientos, los especialistas de Rabobank advierten que “tendrá repercusiones en los ámbitos fiscal, monetario e industrial”, ya que el conflicto deja un panorama “muy complejo” y “dinámico”, “con muchos actores externos y es un polvorín donde se lanzan cerillas”, señalaron desde la entidad neerlandesa.

Asimismo, una vez que comienzan los enfrentamientos es imposible saber cómo terminarán, pero los analistas de Rabobank ponen el foco en algunos desarrollos lógicos que serán claves como el cambio político en Medio Oriente, el impacto energético y el alimentario.

En principio, el ataque contra Israel cambiará no sólo la política del país, sino también la de la región. “El acuerdo de paz histórico entre Arabia Saudita e Israel y una garantía de defensa estadounidense son historia, al menos hasta que esté claro quién es el vencedor de este conflicto”, añadieron.

En tanto, los corredores comerciales y los ferrocarriles planeados entre India, Medio Oriente y Europa se pausaron por el momento.

Además, si el conflicto se extiende por la región, se acelerará la bifurcación global y el 7 de octubre puede resultar tan trascendental como el 11 de septiembre. “Se culpa a Irán por haber ayudado a planificar y financiar el ataque. Esto sólo se suma a la evidencia de un eje emergente formado por Rusia, Irán (y Siria, Hamás en Gaza, los hutíes en Yemen, Hezbolá en el Líbano y las milicias en Irak), Corea del Norte y China”, indicaron desde Rabobank.

Ahora resta ver si Arabia Saudita mantendrá su reciente acercamiento con Irán después de que este último destruyera las esperanzas de un acuerdo de paz con Israel y Estados Unidos.

La guerra en Gaza disparará el gasto militar

El gasto militar se disparará ya que a medida que Rusia pasa a una economía de guerra, Europa no pueda ayudar más a Ucrania sin las armas estadounidenses. Pero, “ahora Estados Unidos podría necesitar echar mano de sus menguantes reservas de armas y de su marchita base de producción militar-industrial para ayudar a Israel y esto porque el Pentágono quiere girar hacia Asia, donde China puede superarlo en todos los frentes”, subrayan los expertos.

De esta manera, la guerra tendrá en principio repercusiones importantes en los “ámbitos fiscal, monetario e industrial”, y luego impactará en los mercados.

“Pocos de los participantes actuales tienen algún recuerdo de haber vivido una genuina economía de guerra extendida. La heurística histórica es que los impactos sobre los déficits fiscales (más altos), la inflación (más altos), los precios de las materias primas (más altos), los mercados de activos (más bajos) y los mercados de divisas (más salvajes) no se parecen a los que vemos en tiempos de paz”, resaltaron en Rabobank.

Efecto guerra: ¿cuál puede ser el impacto energético?

Pese a que aún se desconoce la magnitud que puede alcanzar el conflicto entre Israel y Hamás, las contiendas bélicas tienden a escalar y potencias como Rusia pueden ganar más “desestabilizando las cosas” que ayudando a mantener el orden, al igual que otros actores pueden ver la oportunidad de actuar contra Estados Unidos, atado militarmente en dos frentes.

Desde este punto de vista, el impacto energético puede ser diferente en función de tres escenarios de guerra.

En primer lugar, si el enfrentamiento se mantiene entre Israel y Hamás, en la Franja de Gaza, ambos actores son minúsculos en los mercados energéticos y no producen petróleo. Además, dado que Israel cerró temporalmente Tamar, si el conflicto se mantiene contenido los mercados energéticos se ajustarán rápidamente y pese a que la pérdida de este yacimiento gasífero restará apoyo a Europa, pero “el efecto será moderado”.

Ahora bien, si la guerra implica a Israel (EEUU)-Gaza-Líbano-Siria-Jordania-Egipto, el foco estaría en el Canal de Suez, uno de los grandes puntos de comercio mundial. Por allí transita el 15% del comercio global, el 4,5% del petróleo crudo mundial, el 9% de los productos refinados y el 8% de los buques cisterna de GNL.

“El oleoducto SUMED corre paralelo al Canal de Suez y transporta alrededor del 80% del petróleo enviado desde Medio Oriente a Europa. Si el oleoducto detiene sus operaciones debido al conflicto, o el Canal queda bloqueado por un buque cisterna o portacontenedores destruido, la ruta alternativa alrededor del Cuerno de África añade dos semanas de tiempo de viaje logístico, con un costo significativo. Cualquier expansión de la guerra a la península del Sinaí y la región de Suez corre el riesgo de desencadenar acontecimientos de este tipo”, alertaron los estrategas.

Y finalmente, en el caso de que los países involucrados en la contienda fueran Israel (EEUU)-Hamas-Líbano-Siria-Jordania-Egipto-Irán-Arabia Saudita/Golfo, la situación sería más complicada ya que, actualmente, Irán produce 3 millones de barriles por día de crudo, y aproximadamente la mitad se exporta a China.

“Además, ha reclamado el dominio sobre el Estrecho de Ormuz, otro importante cuello de botella para mercado energético global por el que transita el 17% de los flujos mundiales de petróleo, así como el GNL de Qatar. Nos mantendremos por encima de los u$s100 dólares el barril de crudo en un escenario en el que Estados Unidos imponga sanciones férreas al petróleo iraní y al mismo tiempo proteja a los petroleros aliados, comentaron los analistas.

Efecto guerra: ¿cuál puede ser el impacto alimentario?

De acuerdo con los escenarios posibles de guerra anteriores, el conflicto en Medio Oriente también tendría un impacto alimentario y agrícola.

En el primer escenario, si sólo están implicados Israel y Hamás, hay que tener en cuenta que Israel es un importante exportador de potasio y fósforo y eso podría impactar negativamente. En 2022 exportó el 6% de la potasa del mundo y el 8% de los fertilizantes fosfatados.

“Queda por ver cuánto de esos volúmenes comerciales se verán afectados en los próximos meses. Israel también es un importador menor de cereales, carne, lácteos y aceites vegetales”, sostuvieron los especialistas en Rabobank.

En ese contexto, los agricultores de todo el mundo podrían sentir un impacto algo negativo debido al posible aumento de los costes de la energía y los fertilizantes.

En el segundo escenario, si están implicados en el conflicto Israel (EEUU)-Gaza-Líbano-Siria-Jordania-Egipto, hay que tener en cuenta que la región más amplia de Medio Oriente y África del Norte (MENA) es un importante exportador de fertilizantes y un importante importador de cereales y animales vivos, así como un destacado importador de lácteos y carne.

“Si el conflicto se extiende a Egipto en particular, podría provocar temporalmente una caída de los precios de los cereales debido a preocupaciones sobre la demanda”, dicen los estrategas.

Y en el tercer escenario, en caso de que estén implicados Israel (EEUU)-Hamas-Líbano-Siria-Jordania-Egipto-Irán-Arabia Saudí, los problemas de exportación de fertilizantes y de importaciones de cereales se volverían mucho más serios.

Actualmente, alrededor del 30% de las exportaciones mundiales de fertilizantes nitrogenados provienen de MENA (los cinco principales: Qatar, Arabia Saudí, Egipto, Omán, Argelia), con más del 25% de las exportaciones mundiales de fertilizantes mixtos (los tres principales: Marruecos, Arabia Saudí, Israel) y alrededor el 10% de los fertilizantes potásicos (los tres principales: Israel, Jordania, Egipto) y casi la mitad de las exportaciones de fertilizantes fosfatados (los cinco principales: Marruecos, Israel, Egipto, el Líbano y Túnez).

“Aún más importante que las exportaciones directas podría ser el impacto del aumento de los costes de la energía en la producción y suministro global de fertilizantes nitrogenados. Sus precios son muy sensibles a los aumentos de los precios de la energía”, advirtieron los expertos.

En síntesis, una guerra que se intensifique más allá de las fronteras de Israel y Gaza podría traer una “amplia gama de efectos desestabilizadores, tanto directos como indirectos”, por lo cual la economía y política mundial, al igual que los mercados, podrían “experimentar una bifurcación, polarización y una volatilidad violenta mucho más extremas”.

Fuente: ambito