ECONOMÍA – Las lluvias trajeron alivio y esperanza para los productores de la región núcleo

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El Niño empieza a hacerse notar en el centro del país. Las recientes lluvias frenaron la caída del rendimiento del trigo y favorecieron la siembra de soja

Tras la prolongada y severa sequía que atravesó la provincia de Santa Fe, que implicó el derrumbe de cosechas y exportaciones, las recientes lluvias trajeron un poco de alivio para el campo. El 90% de la región núcleo acumuló más de 30 milímetros de agua entre el 20 y el 24 de octubre. Así lo reveló un informe reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Si bien llegaron tarde para sumar algunos puntos al rendimiento del trigo, las lluvias resultan determinantes para frenar la caída de los rindes. Además, favorecieron la siembra de soja. Se estima una superficie de siembra en la zona un 11% más grande que la campaña anterior.

La expectativa es que finalmente la influencia positiva de El Niño, que ya está presente en el extremo noroeste del país desde hace dos meses, comience a llegar al corazón de la región pampeana.

Un giro climático muy esperado

Finalmente la persistente circulación sur, predominante desde el inicio de la primavera, se retrajo y permitió el ingreso al centro de la región pampeana de parte del aire cálido y húmedo que se había mantenido estacionario en el extremo norte de la Mesopotamia y sur del Brasil. Gracias a este mayor contenido de humedad, el avance de un sistema frontal dejó lluvias generalizadas en toda la región núcleo.

Los mayores beneficiados fueron el sudoeste de Santa Fe, el sur de Córdoba y el noroeste de Buenos Aires, donde los acumulados superaron los valores medios normales, en algunos casos alcanzando entre 40 y 100 milímetros de lluvia. En Entre Ríos también se registraron valores superiores a 60 milímetros. Dentro de la zona núcleo, la localidad de Rufino (Santa Fe) fue la gran ganadora con 105 milímetros de lluvia.

Primeras consecuencias de las lluvias

Los más de 30 milímetros caídos en el 90% de la región núcleo fueron “un salvavidas” para este cultivo. Aunque estas lluvias llegaron tarde para influir en el llenado de granos, fueron cruciales para frenar la caída de los rendimientos del trigo.

En algunas áreas, como Carlos Pellegrini y María Susana, que habían sido especialmente golpeadas por la sequía, las lluvias han permitido completar el llenado de granos y han establecido un piso para el rendimiento. Se estima que los rendimientos mínimos podrían alcanzar los 10 quintales por hectárea, con un techo de hasta 20 quintales por hectárea. En otras zonas, como San Gregorio, los agricultores esperan rendimientos de entre 25 y 35 quintales por hectárea.

En tanto, algunas áreas en el sur de Córdoba han experimentado lluvias desparejas, y se estima que el rendimiento promedio de trigo será de alrededor de 20 quintales por hectárea. En algunos casos, los lotes de trigo ya han sufrido daños considerables y se están evaluando opciones para su recuperación.

Las buenas noticias no se limitan al trigo. Las lluvias también desbloquearon la siembra de soja en la región núcleo. Se espera un aumento del 11% en el área de siembra de soja en comparación con la campaña anterior, lo que representa una recuperación de aproximadamente 300,000 hectáreas que no pudieron ser sembradas el año pasado debido a la falta de humedad. Además, se suman 200.000 hectáreas que no se pudieron sembrar con maíz temprano este año.

La incertidumbre climática afecta además la siembra de maíz para la próxima temporada. A pesar de que ya se han sembrado 870.000 hectáreas de maíz, algunas áreas todavía podrían incorporar algunos lotes adicionales si las condiciones lo permiten. Las lluvias recientes han sido desiguales en algunas regiones, lo que plantea desafíos para los agricultores que consideran sembrar maíz en fechas tardías.

Fuente: la capital