Estiman que los salarios caerán cerca del 8% real entre noviembre y febrero, debido a la aceleración de la inflación. El impacto, aseguran, será heterogéneo.
Luego de una fuerte aceleración en la suba de precios durante diciembre, la inflación se sostendrá en niveles muy elevados hasta -al menos- febrero. Así lo estiman consultoras privadas, que advirtieron que se reflejará en una caída del poder adquisitivo y de los salarios reales.
Aunque este deterioro será heterogéneo, es decir que golpeará más a los informales que al sector privado registrado, se anticipa un impacto en el consumo y un consecuente “enfriamiento” en el nivel de la actividad económica. De hecho, analistas señalan que este escenario es uno de los objetivos buscados con el plan económico anunciado la semana pasada por el ministro de Economía, Luis Caputo.
En ese escenario, desde la consultora Equilibra proyectan “una inflación promedio mensual de 25% en diciembre, enero y febrero, que deteriorará con fuerza el poder adquisitivo del salario”. “De hecho, la caída de los salarios reales de diciembre podría superar el récord mensual de descenso de alrededor del 9% verificada en abril de 2022. Creemos que el salario formal buscará recomponer parte de lo perdido y trepará a una nominalidad más alta en enero-febrero. De todas formas, la caída del salario real ascendería como mínimo 8% entre noviembre y febrero 2024”, analizaron desde la firma.
En tanto, proyectaron una caída del PBI de 4% para el año que viene (6% si no se contempla al agro y sectores extractivos), “con salarios reales cayendo al 9% en promedio”.
“Suponiendo una inflación que promedie el 20% en los próximos meses, es evidente que se verá golpeado el poder adquisitivo. De hecho, si los salarios del sector privado registrado continúan con el promedio de actualización que tuvieron este año, y las expectativas de inflación para diciembre se confirman, podríamos estar observando una caída del salario real superior al 8%, una situación similar a esta nos remonta al segundo trimestre de 2002”, analizó al respecto Francisco Ritorto, economista de la consultora ACM.
El futuro de las paritarias
En ese sentido, las paritarias en el sector registrado privado podrían ayudar a moderar el impacto, pero el analista sostuvo que saber “qué va a suceder con los salarios, es una incógnita”. “En diciembre y enero hay revisiones de distintas paritarias. Por ahora, no hay novedades sobre cambios en estas negociaciones, pero es probable que se repita una dinámica vista durante este año, donde se comenzaron a recortar los plazos de los ajustes salariales, incluso por fuera de los convenios, reajustando los salarios de forma trimestral -o hasta incluso mensual-”, sostuvo Ritorto a Ámbito.
El analista señaló que el principio del próximo año estará marcado por estos factores. “Si bien podremos esperar alguna recomposición nominal, incluso por fuera de los convenios, si la inflación converge a las expectativas del mercado, es probable que en los primeros meses del año se profundice la dinámica ya conocida en el salario real. Vale aclarar que no es un hecho reciente, sino una tendencia que continúa vigente desde, por lo menos, 2015”, subrayó.
“Licuación” de salarios
“El diagnóstico que hacemos es que el objetivo del programa oficial es la licuación de los pesos, bajo la hipótesis de que la economía está sobre monetizada y que hay que ir a un contexto de mayor recesión, de menor actividad”, sostuvo por su parte Sergio Chouza, director de la consultora Sarandí, quien detalló: “Esa es la forma para ‘disciplinar’ un poco la dinámica de precios. Van a buscar aumentar la velocidad de la recesión y la licuación de saldos reales, entre ellos los salarios, no son un resultado negativo, sino un objetivo del programa para enfriar la economía y disminuir los saldos reales en pesos”.
En ese contexto, el economista sostuvo que con una inflación en franca aceleración, “muy posiblemente vaya a observarse tanto en diciembre como en enero una licuación de los salarios muy significativa”.
“La magnitud es difícil de estimar: va a ser muy heterogénea, porque algunos gremios podrán pelear paritarias para mínimamente sostener el poder adquisitivo, en función a su poder de fuego particular. Pero otros no, van a quedar muy rezagados. Ni hablar, lógicamente, de los informales. Que, sin paritarias, van a tener ajustes muy por debajo de la inflación y con un disciplinamiento por la vía de la actividad que va a estar siempre presente”, sostuvo Chouza, quien concluyó: “El hecho es que la actividad ya no va a convalidar aumentos a la misma velocidad que ocurrió a lo largo de 2023. Así es que se viene un momento muy complejo para los salarios. Se vienen meses de licuación significativa. Y no lo veo como un daño colateral, sino como un efecto buscado del programa”.
Fuente: ambito.com