IMPOSITIVAS – Presión fiscal: ¿por qué el Gobierno no puede bajar impuestos en el corto plazo?

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IDESA plantea que para eliminar impuestos distorsivos en un año la economía debería crecer 40% para compensar las pérdidas de recaudación.
La presión tributaria de los impuestos considerados distorsivos, porque incrementan los costos de producción o el precio de los bienes, alcanza al 8% del Producto Bruto Interno (PBI). Según una consultora privada, ese debería ser el objetivo del Gobierno para reducir el peso de gravámenes sobre la economía.

Así lo destaca en un informe el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), que dirige el economista Jorge Colina, en el cual se plantea la necesidad de que el resto de los tributos que no son distorsivos absorban a este segmento.

“Un importante factor de sobrecostos que sufre la producción nacional proviene del sistema impositivo. Eliminando impuestos que encarecen espuriamente la producción se puede aumentar la competitividad, sin apelar a una devaluación”, indica el reporte.

Durante el fin de semana, se conoció un estudio elaborado por la Cámara de Autoservicios y Comercios Mayoristas (CADAM) que plantea que el 40% del valor final de los bienes que consume el público es impuestos, tanto nacionales, como provinciales y municipales.

IDESA sostiene que la presión tributaria nacional y provincial ascendió a 28% del PBI este año. “A través de los cuatro impuestos que más erosionan la competitividad (derechos de exportación, PAIS, Cheque e Ingresos Brutos) se recauda el 8% del PBI”, dice la consultora.

Como conclusión, señala que “para eliminar estos cuatro impuestos y no perder recaudación el PBI debería aumentar un 40%”, algo que luce como poco probable y desvirtúa la idea de que para poder bajar la presión fiscal primero hay que crecer.

“El Gobierno adhiere a este diagnóstico, pero argumenta que –para no colisionar con el objetivo del equilibrio fiscal– la eliminación de los malos impuestos está supeditada a que la economía crezca y/o el gasto público baje”, plantea IDESA.

El reporte advierte que “se necesitaría que, de manera sostenida, el PBI crezca un 7% durante 5 años o un 3,5% durante 10 años para compensar con crecimiento económico la eliminación de los tributos”.

Desde el otro lado, la de la reducción del gasto también es cuestionable. “Seguir bajando el gasto nacional es necesario y posible, pero será un proceso largo y complejo”, señala el reporte. El mismo indica que “en el caso de las provincias, el impuesto a los Ingresos Brutos financia, en promedio, el 20% del gasto público primario provincial”. “Generar semejante reducción del gasto en el corto plazo y de manera sostenible es inviable en la mayoría de las provincias”, dice el estudio.

Al respecto, el estudio añade que “un camino alternativo es que los buenos impuestos absorban a los malos”. “Por ejemplo, el IVA, Ingresos Brutos y tasas municipales tienen en común que los tres gravan las ventas”, explica el trabajo.

Para IDESA, esa debería ser la primera de las acciones a llevar a cabo por el flamante ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. Consideró que la cartera “tiene un rol crucial” en impulsar las transformaciones que “eviten dilapidar el enorme esfuerzo que viene haciendo la población para estabilizar la economía”.

Un informe reciente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) detalla que en Argentina hay 155 tributos entre impuestos, tasas, y derechos. Pero el 92% de la recaudación consolidada del país se concentra en 10 de ellos, entre los que figuran Impuesto a las Ganancias, IVA, y derechos de exportación.

Fuente: ambito