Las previsiones profundizan los pronósticos que el mismo organismo había aportado en mayo pasado del 3,3% al establecer ahora que será del 4% la recesión. Por el contrario, el índice de precios al consumidor mejoraría su performance este 2024.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó este miércoles 25 de septiembre un pronóstico más sombrío para la economía argentina al anticipar una mayor recesión para este año, con una caída de la actividad del 4%, aunque mejoró sustancialmente las proyecciones de inflación, y anticipó una variación anual del 147,5%.
Las previsiones del organismo implican una profundización en la orientación de las proyecciones trazadas en el último reporte en mayo pasado, cuando también había empeorado la caída del PBI del 2,3% previo al 3,3%.
Respecto de la inflación, el dato recorta fuerte la estimación inflacionaria, pasando 208,1% al 147,5%. En la medición anterior también venía reduciendo las proyecciones del costo de vida al pasar del 250,6% al 208,1%.
Así, este informe refleja una contracción de la economía 7 décimas por encima de la esperada en mayo y una inflación 60,6 puntos porcentuales por debajo del pronóstico previo.
Este cuatro por ciento de decrecimiento de la actividad económica sitúa a la Argentina en el último lugar de la tabla de la OCDE, compartiendo la tendencia negativa sólo con Japón, aunque en su caso la caída de la actividad será del 0,1%. El resto de los países todos mostrarán crecimiento en 2024 según el organismo.
A nivel general, “se espera que el crecimiento global se estabilice durante el período de proyección en un 3,2% tanto en 2024 como en 2025, en línea con el ritmo promedio observado durante el primer semestre de este año”, detalló el organismo.
Las nuevas proyecciones de la OCDE para la Argentina en 2025
En cuanto a las perspectivas para la Argentina en el 2025, el organismo espera una notoria mejora del escenario actual al anticipar un crecimiento de la actividad del 3,9% y una variación de precios que alcance una suba del 46,7% anual.
Ambas previsiones plantean un contexto más optimista que el reflejado en el reporte previo, al elevar en 1,2 puntos la proyección de crecimiento, siendo la corrección más importante para el año próximo de todos los países, y bajar 24,5 puntos porcentuales la estimación inflacionaria de hace cuatro meses.
En este aspecto, el análisis precisó que “se prevé que la inflación en las economías de mercados emergentes se mantenga en general más alta que en las economías avanzadas, aunque también se modere gradualmente”, indicando que “se espera que la inflación en Argentina y Turquía se modere en 2024 y 2025, pero se mantenga en tasas de dos dígitos”.
Para el organismo internacional, la merma en el aumento de precios es parte de una tendencia global, “debido a nuevas caídas en la inflación de los precios de los alimentos y la inflación de los precios de la energía y los bienes baja o negativa”, según especificó el organismo al revelar que “se prevé que la inflación general en el G20 caiga del 6,1% en 2023, al 5,4% en 2024 y al 3,3% en 2025”.
Acceso a los mercados financieros de los mercados emergentes
En relación al acceso al financiamiento de las naciones, el último informe de la OCDE señala que “si bien el crecimiento del crédito ha comenzado a recuperarse en algunas economías avanzadas, las normas de concesión de préstamos bancarios siguen siendo estrictas”.
Asimismo, remarcó que “la depreciación de la moneda en Brasil, Argentina, México y Turquía ha respaldado los ingresos por exportaciones, pero ha aumentado los costos del servicio de la deuda denominada en dólares estadounidenses y ha ejercido cierta presión al alza sobre la inflación”.
Además, puntualizó que “la crisis de la deuda soberana persiste en algunas economías de mercado emergentes, en particular en las economías de bajos ingresos, aunque los diferenciales de los bonos gubernamentales denominados en dólares se han mantenido estables en la mayoría de los países”.
Finalmente, el organismo destacó que “se necesitan esfuerzos más fuertes a corto plazo para contener el crecimiento del gasto y aumentar los ingresos para garantizar la sostenibilidad de la deuda y reconstruir los amortiguadores fiscales”.
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