ECONOMÍA – La soja de Santa Fe, en medio de la guerra de Estados Unidos y Milei con China

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La ayuda financiera norteamericana puede perjudicar el comercio con los chinos, que demandan granos de la región centro. Cerealeras y Pullaro en alerta

Las andanzas de Javier Milei por Estados Unidos en busca de un salvataje del Tesoro norteamericano no será gratis. La justificación ideológica sabe a poco y la supuesta invasión yankee sobre los recursos naturales suena excesiva, pero hay algo palpable que puede llegar a perjudicar al país y a Santa Fe: el recorte del comercio con China, en especial el mercado de la soja.

“Me preocupó cuando el secretario de Estado dijo que Argentina iba a correr a China de los negocios. Primero porque China es el principal socio comercial y porque Argentina tiene que hacer lo que le convenga al país”, razonó en LN+ el gobernador, Maximiliano Pullaro. Scott Bessent, había asegurado que la ayuda económica al gobierno de Milei se debía a su intención de evitar “otro estado fallido o liderado por China en América Latina”.

“Milei está comprometido a sacar a China de la Argentina”, añadió, luego de sugerir varias veces que habría que dejar de comprarle a los chinos. La Embajada de China en Argentina respondió directamente con un extenso comunicado donde acusó al funcionario de “intervencionismo” y tener una mentalidad “arraigada a la Guerra Fría”. Lo que está diciendo de fondo es que no es necesario meterse en el comercio.

La soja de Santa Fe

Con China hay una larga historia comercial, porque es un gran comprador de carne vacuna y lo fue de aceite de soja. Sin embargo lo que más se exporta es el poroto de soja porque China tiene la tradición de comprarlo e industrializar en su territorio. Si bien lo óptimo es que Argentina le de valor agregado a sus productos, el comercio de granos es gigante.

“Después de siete años logramos los primeros barcos de harina de soja y recuperamos el mercado de aceite de soja. Hay acuerdo de maíz y trigo, pero no están autorizados aún. El comercio podría diversificarse e incrementarse. Por lo tanto el mercado chino para nosotros es importante”, se encargó de comunicar en El Destape Radio Gustavo Idígoras, presidente de la poderosa Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) y el Centro de Exportadores de Granos (CEC), es decir, las cerealeras que tienen sus puertos mayormente en Santa Fe.

Gustavo Idígoras, presidente de la poderosa Cámara de la Industria Aceitera (Ciara), defiende el negocio de la soja con China

Relaciones comerciales

Luego reveló que llegaron al país delegaciones chinas en los últimos cuatro meses planteando un entendimiento de largo plazo con Argentina y Brasil para que sea proveedor de materias primas agropecuarias que ellos necesitan. Negocio para rato para las cerealeras que no lo quieren perder. Pekín tiene en el Gran Rosario a la china estatal Cofco como insignia.

También hay conversaciones con India (comprador por excelencia de aceite de soja) y con Japón. Todos los que tuvieron conflicto comercial con Estados Unidos, vienen a buscar con Argentina y Brasil lo que antes encontraban en el país del norte. Hay una gran oportunidad desde el plano comercial.

“Estas relaciones comerciales no se deberían ver perturbadas por ninguna razón porque irían en detrimento de la Argentina”, sostuvo Idígoras en línea con lo que planteaba Pullaro. Desde el gobierno santafesino agregan a La Capital: “Somos complementarios con China. El camino no es cerrar negocios, claramente, sería un problema”. Por lo tanto, hay todo un sector agroexportador de peso, más un gobierno provincial alineados y levantando una luz amarilla para perder.

Aranceles y materia prima

No es un tablero fácil. Hay otro punto en la conversación: ¿habrá algún tipo de flexibilidad de aranceles para materia prima o subproductos agrícolas argentinos a Estados Unidos en el marco del entendimiento por el salvataje? Suena difícil por la dinámica interna de aquel país, pero se arrojó en las últimas horas como tantas otros trascendidos.

Es que ya de por sí los productores estadounidenses de soja están preocupados porque las tensiones comerciales entre Washington y Pekín les cierran el acceso al mayor mercado mundial de la oleaginosa. Estados Unidos tiene un cierre total de ventas por temas de aranceles y no envió más un solo barco agrícola a China, por eso los agricultores asociados le piden a Trump que convenza a Xi Jinping a que levante el mercado o que lo subsidie lo que perdió por no venderle a los chinos.

En respuesta a los aranceles estadounidenses, Pekín impuso a una serie de productos, entre ellos la soja, un recargo impositivo del 20% que la encarece considerablemente en comparación con la producida en América Latina, según la Asociación de la Soja de Estados Unidos (ASA, por su sigla en inglés), dentro de la cual se destaca la Argentina, dentro de la cual se destaca Santa Fe por su agroexportación. Y nadie quiere perder esos beneficios.

Fuente: la capital