ECONOMÍA – Economía en shock: sin precios, las ventas se paralizan a la espera de que se despeje la incertidumbre con el dólar

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La escapada del dólar tras las PASO hizo que varios sectores suspendieran las ventas hasta ver señales de estabilidad.

Lo previsible: distintas empresas tomaron la decisión de suspender hasta nuevo aviso la entrega de productos a las cadenas de supermercados y mayoristas, en reacción a la explosión en la cotización del dólar.

La novedad forma parte de un menú “ultra defensivo” de parte de las empresas, que no quieren rematar sus stocks a precios bajos en medio de la trepada del tipo de cambio. En la mañana del lunes, el dólar superó los $60 en la mayoría de los bancos líderes y luego tuvo una ligera retracción, hasta los $57,30.

En la lista se incluyen fabricantes de alimentos y la industria papelera, pero también -y sobre todo- importadoras.

Las principales fábricas alimenticias anunciaron, también, remarcaciones de 10% en promedio. Incluyeron en ese movimiento a los precios de productos de la canasta básica, como fideos, aceites y harinas.

Las novedades se conocieron -en algunos casos vía mail y en otros, directamente, a través de llamados telefónicos- a medida que avanzó la mañana. En esas horas, la cotización del dólar llegaba a escalar 30 por ciento.

Hubo empresas de varios rubros que decidieron frenar las operaciones, como si hubiese comenzado un feriado largo y sin fecha de normalización.

Alimenticias, constructoras, servicios, cadenas de electrodomésticos y concesionarias de autos forman parte de los distintos sectores que se plegaron a las decisiones extremas.

Entre las grandes industrias que suspendieron las entregas figura Unilever (cuya división alimentos elabora sopas, caldos, mayonesas y mostaza).

También incluye a la Papelera Samseng, la principal fabricante de papel higiénico, servilletas y rollos. En el sector de materiales para la construcción hubo suspensiones de ventas hasta que se despeje la incertidumbre respecto del tipo de cambio.

Lo mismo sucede con las importadoras, en su mayoría con productos enlatados, como las frutas y los pescados.

Todo comenzó bien temprano, el lunes posterior a las elecciones. Empresas de primera línea, fabricantes de alimentos, pero también algunas lácteas de mediano porte, y hasta distribuidoras de insumos para la construcción, coincidieron en apuntar que desde las 8 de la mañana empezaron a intercambiar correos electrónicos con la advertencia que se suspendía “hasta nuevo aviso” la entrega de productos.

A diferencia de lo ocurrido el año pasado, esta vez la respuesta de las compañías fue inmediata. Algunos gerentes ni siquiera aguardaron la apertura del mercado cambiario para congelar las actividades.

“No podemos cumplir con el pedido acordado. El mercado se quedó sin precios. Volvemos a hablar mañana (martes) o pasado para ver cómo evolucionan las cosas”, describió un gerente de una reconocida aceitera, en un audio que le hizo llegar a un comerciante mayorista, a media mañana.

Y aquel fue sólo un ejemplo. A lo largo de la jornada, medidas de esta clase se multiplicaron. Sin ir más lejos, desde una Pyme dedicada a brindar servicios de asesoría, admitieron que el gerente principal dio la orden de “parar” todos los pagos hasta que se aclare la situación cambiaria.

Una importadora de alimentos enlatados, con presencia en los principales cadenas de supermercados, envió, ya bien entrada la tarde, las condiciones para vender en los próximos días. Lo hizo por mail. El encabezado decía así:

“Estimados… Por razones de público conocimiento hemos tomado la decisión que los pedidos tomados en el día de hoy -y hasta que la situación se haya estabilizado- serán tomados y remitidos únicamente bajo la condición de que los mismos se entreguen con remito y sin factura, porque los precios quedarán a determinar. Esta medida se mantendrá hasta que podamos entregarles una nueva lista de precios“.

¿Excusas o realidad?

“No hay precio”. “No tenemos armada la nueva lista y no hay entregas”. “Nos quedamos sin stock”. “Estamos en plena reestructuración”.

Estas frases fueron algunas de las transmitidas por los fabricantes a sus clientes (comerciantes), de modo tal de postergar las entregas hasta que se aclare el panorama.

Las primeras en reaccionar fueron dos de las principales importadoras de alimentos enlatados. Comercializan desde atún y caballa hasta choclos en grano y frutas en conserva (cocktails, duraznos y ananás).

Como son todos productos importados (las latas vienen de Brasil, Chile, México, Canadá, España, Italia, Tailandia y hasta de Siria), las encargadas de vender estos artí­culos prefieren “encanutarlos” hasta nuevo aviso.

El próximo paso es el previsible: habrá nuevos aumentos en los precios, cuya magnitud dependerá de la devaluación del tipo de cambio. Al respecto, qué duda cabe, la incertidumbre es total.

En este contexto, también entró en crisis el Plan de Precios Cuidados y de “Precios Esenciales”, impulsado por el Gobierno en acuerdo con las principales fábricas de alimentos, pero cuya vigencia dependía de que el valor del dólar no se escapara.

Construcción, paralizada

En el caso de la construcción, actores de la comercialización de materiales reconocieron ante iProfesional que la disparada del dólar derivó en un parate en la oferta de determinados productos ante la falta de “precios de referencia”.

Desde Construya, organización que nuclea a los 11 principales proveedores de insumos de esa actividad, su titular, Pedro Brandi, expuso que distintos corralones suspendieron la venta de artículos basados en elementos como el hierro “hasta tanto se conozcan los nuevos valores de comercialización y reposición”.

“Los vendedores tomaron esta decisión drástica porque se desconoce el precio relativo de los productos. Hasta tanto no se aplaque el tipo de cambio y exista un consenso político, la situación en la venta de materiales continuará inestable. Las compañías extranjeras se asustaron con lo que está ocurriendo con el dólar y suspendieron entregas”, detalló a este medio.

Brandi dio por descontado que habrá aumentos en el corto plazo, aunque afirmó que los incrementos serán “menores a la devaluación”.

“Normalmente, estas situaciones se acomodan en una semana. Pero en este caso la incertidumbre es mayor por lo fuerte del movimiento. Todos los productos basados en hierro o petróleo, o que requieren tecnologías que llegan desde la importación, van a tener su aumento. Pero hasta tanto no tengamos un dólar estable será difícil garantizar la venta al público sin inconvenientes”, advirtió.

La parálisis también llega a los autos

Los concesionarios pusieron en suspenso la venta de autos que había reactivado lentamente el plan de bonificaciones del Gobierno. El resultado electoral impactó en el sector automotor, un negocio donde los vaivenes políticos y económicos se sienten rápidamente.

Apenas se conocieron los resultados de los comicios, la primera decisión que se tomó en terminales y concesionarios fue suspender la facturación de los autos que tienen en stock, ya que la suba del dólar que se percibía desde la noche del domingo se sabía que alterará fuertemente los precios.

En los últimos dos meses, con el plan de bonificaciones que dispuso el Gobierno junto a ADEFA (la cámara de fabricantes), el optimismo había retornado levemente a los salones de venta y los patentamientos empezaban a recuperarse. Así, se esperaba llegar a diciembre con unas 500.000 unidades vendidas.

Ahora, con el resultado en las manos, todos los pronósticos dan marcha atrás y el sector vuelve a prever un mes en baja.

Quienes también están sintiendo las consecuencias del contexto político son los importadores, los primeros que hoy decidieron suspender las ventas de autos.

Muchas marcas habían retomado entre el año pasado y este la apertura de sus portafolios de productos, sumando nuevos modelos, lo cual hoy es un grave problema. Con un dólar tan volátil, no fue posible cerrar ninguna operación.

Fuente: iprofesional.com