ECONOMÍA – Deudas: el atraso de las familias con los bancos creció 45% en el último año

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El uso de la tarjeta de crédito se revitalizó en los últimos meses, pero también crecen los niveles de mora, según un informe del Banco Central

El deterioro del poder de compra de las familias tiene su correlato directo en la morosidad a la hora de pagar sus créditos: si bien todavía los indicadores no son preocupantes, delatan un agravamiento marcado en el último año.

En marzo de 2018, el 94,5 por ciento de las familias estaba al día, es decir, en “categoría uno”, según la tabulación que el propio Banco Central de la República Argentina aplica a sus deudores. La “categoría uno” significa que las familias pagan –tarjeta, hipotecarios, prendarios y personales– dentro de los 30 días corrientes, señala La Voz.

Luego, el 2,4 por ciento de las familias estaba en “categoría dos”, es decir, tenían un atraso de entre 30 y 90 días.

Mientras, el 3,1 por ciento se ubicaba entre las categorías “tres” y “seis”, lo que significa que tiene un atraso de entre 90 días y un año, hasta incluso la incobrabilidad.

A marzo pasado, las familias en situación normal (“categoría uno”) llegaban al 92,6 por ciento; en la “categoría dos” estaba el 2,9; y entre “tres” y “cinco”, el 4,5.

Esto significa que los más atrasados aumentaron 45 por ciento en un año, según el Informe de Estabilidad Financiera que el Central elabora cada seis meses.

La situación se viene agravando desde el primer trimestre de 2018, con las primeras devaluaciones.El dato más reciente está en el último Informe sobre Bancos del Banco Central, donde se consigna la morosidad global de las familias, sin identificar la categoría de deudor: el 4,7 por ciento tiene un atraso.

Y si bien la morosidad global indicaría que, al menos hasta ahora, la situación es manejable, las incógnitas están planteadas para esta segunda mitad del año, en especial después de las Paso, cuando sobrevinieron otra ronda devaluatoria del peso y una nueva escalada de los precios.

“Es algo preocupante, porque sigue siendo el número más alto desde el año 2009, pero lo que más me preocupa son los próximos meses, no este, porque la gente volvió a endeudarse con tarjeta en el último trimestre”, advierte Damián Di Pace, titular de la consultora Focus Market.

Deudas

Según el estudio sobre financiamiento que realiza D’Alessio Irol, a agosto pasado, el 76 por ciento de la población está pagando algún tipo de deuda, especialmente con la tarjeta de crédito o un préstamo personal. ¿Cuánto adeuda?

Según D’Alessio, en el segmento de altos ingresos, el 92 por ciento de las familias tiene deuda; en el nivel medio, el 74, y en el segmento de bajo ingresos, el 76. El 52 por ciento de la deuda está concentrada en las tarjetas de crédito; el 45 por ciento, en préstamos personales; el 10 por ciento, en la refinanciación de las tarjetas; el nueve por ciento, en préstamos prendarios, y el nueve, en hipotecarios. Hay familias que deben en más de un canal, indica La Voz.Según el informe de estabilidad financiera, al primer semestre de este año, las familias adeudan el equivalente a 3,2 salarios. En plata, son unos 150.000 pesos y, en términos de PIB, es el siete por ciento, un nivel bajo frente al promedio observado en el resto de los países de la región, donde ronda el 20 por ciento.

Tarjetas, al rojo

Lo más sensible son las tarjetas de crédito, la herramienta a la que apelan las familias para auxiliarse en las compras cuando los ingresos corrientes no alcanzan.

En este punto, es de utilidad apreciar dos datos: por un lado, el monto del crédito a este sector, que viene creciendo por debajo de la inflación y, por ende, explica la caída continuada del consumo, tanto en los shoppings y en el comercio minorista como en las grandes superficies. Como los ingresos de las familias están en promedio 15 por ciento debajo de la inflación, la consecuencia casi natural es que baje el consumo.

El segundo dato para evaluar es cuánto deben las familias, lo que revela si la deuda es manejable o no para ese hogar; si la morosidad se va a acentuar, o si en el corto plazo podrán cancelar stock de deuda y, así, recuperar oxígeno para retomar las compras.

Pero el efecto de las elecciones Paso complicó el ritmo de pagos de muchos: el nuevo salto del dólar, que pasó de 48 a 60, y la inflación de agosto y de septiembre complicaron la cancelación normal del resumen de parte de muchas familias, que dejaron de pagar la totalidad del resumen.En este punto hay que mirar el impacto del Ahora 12, que significó un espaldarazo importante al consumo: se anunció en mayo, con un costo financiero total del 25,2 por ciento para las compras en 12 meses. Para muchos, fue la oportunidad de tarjetear consumos que estaban postergados.

“Lo que preocupa es que las tasas están subsidiadas, pero el costo financiero total, cuando no se paga todo, no está subsidiado”, dice Di Pace.

Efectivamente, el Ahora 12 implica, en el momento de la compra, que aquello por lo que se paga tiene un recargo del 25,12 por ciento. Es muy competitivo si se tiene en cuenta que las tarjetas bancarias que están fuera del Ahora 12 recargan 197 por ciento en 12 pagos. Pero ahí no se termina “la pichincha” financiera: si no se paga el ciento por ciento del resumen, el costo financiero total que se aplica va del 75 al 150 por ciento, según la tarjeta.

También hay que evaluar hasta cuándo las tarjetas van a seguir en un plan que contiene un interés del 25 por ciento cuando las tasas de referencia de la economía están en 68 por ciento, señala La Voz.

De hecho, Naranja les comunicó a los comercios que desde el martes 8 de octubre pasado cancelaba todas las versiones de planes del Ahora 12 con las Naranja Visa, Master y American Express.

Fuente: iprofesional.com