Pese al derrumbe de las tasas pasivas los ahorristas se refugiaron en los plazos fijos privados en pesos ajustables por inflación ante la expectativa de un alto índice en diciembre. Claro que también apuestan a que el proceso de desaceleración inflacionario tardaría un poco más de lo esperado/deseado por el Gobierno.
La inflación deterioró el poder adquisitivo de los trabajadores en los últimos años.
Pese al derrumbe de las tasas pasivas los ahorristas se refugiaron en los plazos fijos privados en pesos ajustables por inflación ante la expectativa de un alto índice en diciembre. Claro que también apuestan a que el proceso de desaceleración inflacionario tardaría un poco más de lo esperado/deseado por el Gobierno. Porque más allá de que se espera por lo menos una alza del IPC del 4% en diciembre pasado, no debe soslayarse que estos depósitos deben pactarse como mínimo a 180 días de plazo.
Ocurre que los rendimientos ofrecidos a los ahorristas de plazo fijo vienen cayendo sistemáticamente desde septiembre pasado, y si bien se atenuó la velocidad de la caída en la última parte del año pasado las tasas volvieron a terreno negativo en términos reales. Según datos del BCRA en octubre la tasa promedio de un plazo fijo a 30 días en pesos bajó 750 puntos porcentuales, en noviembre otros 640 puntos y en diciembre 510 puntos. O sea, en el último trimestre de 2019 las tasas promedio de los plazos fijos cayeron 1.900 puntos porcentuales a niveles de 37,3% nominal anual. Se trata de un promedio general; en las principales entidades extranjeras las tasas apenas superan el 35%.
De modo que ante la expectativa de que la inflación seguirá siendo alta, los medianos y grandes ahorristas se volcaron a colocar excedentes en plazos fijos CER/UVA. Los rendimientos que se están ofreciendo en el sistema orillan entre 1% a 4% más el ajuste inflacionario pactado. Se trata de una de las maneras más sencillas de que los ahorros no pierdan frente a la inflación.
Por lo visto en diciembre, y a pesar de que sólo resta computar la última jornada hábil del año, los plazos fijos en pesos ajustables del sector privado muestran un significativo incremento superior al 30%. Según el promedio mensual de las colocaciones privadas, el aumento de los plazos fijos privados en pesos ajustables crecen entre $4.200 a $6.000 millones. El stock de estos plazos fijos ya llega a casi a $24.000 millones, un nivel que no se veía desde mayo del año pasado.
En la otra acera los plazos fijos en pesos no ajustables del sector privado mantienen el letargo ante las nuevas condiciones del mercado monetario y cambiario. En diciembre pasado estarían creciendo sólo un 3%, lo que representa un incremento de entre $31.300 y $33.300 millones. El stock total de estas colocaciones se ubica en torno a los $1,23 billones. Habrá que esperar a ver qué pasa a partir de mediados de enero con los cientos de miles de millones emitidos el mes pasado en términos de impacto inflacionario para dilucidar posibles movimientos en las tasas de los depósitos a plazo fijo en pesos.
Fuente: ambito.com