Las recomendaciones del FMI para la Argentina se centraron en mantener el valor real del dólar, continuar con los controles en los flujos de capitales y limitar las intervenciones del BCRA en el mercado de cambios
Mantener el valor real del dólar, continuar con los controles en los flujos de capitales y limitar las intervenciones del Banco Central en el mercado de cambios son recomendaciones del Fondo Monetario Internacional para la Argentina. Así lo señala en el informe Sector Externo: Desequilibrios mundiales y la crisis Covid–19 dado a conocer esta mañana en Washington
El documento también reitera que, en las actuales condiciones, “la deuda externa argentina es insostenible” y advierte sobre la situación débil que enfrenta el país en su frente externo.
Los mecanismos diseñados para limitar los flujos de capital introducidos en 2019 “seguirán siendo necesarios en el corto plazo para mitigar los riesgos de salida de capital” argumenta el FMI. Al respecto, puntualiza que “las perspectivas de acceso al mercado a mediano plazo dependerán en gran medida de la resolución ordenada del problema de la deuda y la implementación de reformas macroeconómicas y estructurales coherentes”.
El informe precisa el ajuste que el país viene haciendo para cerrar el desequilibrio de sus cuentas externas.
El déficit de la cuenta corriente bajó de 5,2% del PBI en 2018 a 0,8% el año pasado. En términos de dólares el desbalance se redujo de 27.000 a 3.000 millones, “principalmente debido a una fuerte contracción de las importaciones (en línea con la recesión y la fuerte depreciación del peso) junto con un repunte de las exportaciones (después de la sequía de 2018 y el aumento anticipado de los impuestos a la exportación) y a pesar de los mayores pagos de intereses en el extranjero”.
El Fondo anticipa que el país tendrá un elevado superávit comercial alcanzará el 4,2% del PBI en 2020 (2.9 por ciento en 2019), con compresión de las importaciones que más que compensará las menores exportaciones (lo que refleja la debilidad relacionada con Covid-19 en la demanda externa y los precios de los productos básicos).
Cálculos de las consultoras privadas proyectan un saldo favorable de 18.000 millones de dólares en intercambio comercial para el año en curso.
Con acceso limitado a los mercados internacionales de capital, “Argentina no puede mantener los déficits de cuenta corriente a corto y mediano plazo”, a juicio del organismo multilateral.
Como viene señalando en anteriores informes, el FMI considera que la deuda pública y externa de Argentina es insostenible, y considera necesaria una reestructuración con los acreedores privados con el propósito de aumentar las reservas y “reducir el servicio de la deuda externa a niveles manejables”.
También reseña que la brecha entre los tipos de cambio oficiales y paralelos ha aumentado en relación con fines de 2019, “lo que refleja en parte un aumento en las expectativas de inflación luego del aumento del financiamiento monetario para las necesidades fiscales relacionadas con COVID”.
En tal sentido, considera que los controles a los flujos de capitales “siguen siendo necesarios en el corto plazo, pero podrían desenrollarse gradualmente a medida que las condiciones lo permitan, especialmente para alentar la inversión extranjera”.
Las reservas internacionales brutas del país cayeron a 44 mil millones de dólares hacia fines de 2019, 21 mil millones por debajo de los niveles de fines de 2018, y la mayor parte de la disminución se produjo en los meses posteriores a las elecciones primarias y antes de la adopción de los controles de cambios.
Después de permanecer relativamente estables hasta principios de marzo de 2020, las reservas brutas habían caído en 1,7 mil millones de dólares hasta mediados de junio, “lo que refleja una combinación de pagos del servicio de la deuda y ventas de divisas”, puntualiza el Fondo.
Insuficiente
“Las reservas netas son insuficientes para cubrir las obligaciones del servicio de deuda en moneda extranjera. Los excedentes comerciales proyectados, en el contexto de una reestructuración exitosa de la deuda externa, son necesarios para permitir una reconstrucción gradual de la cobertura de reservas… y la relajación de los controles de cambios en el mediano plazo” según se evalúa.
Desde esta perspectiva, señala que “dada la baja cobertura de reservas, la intervención (del Banco Central en el mercado de cambios) debe limitarse a suavizar condiciones desordenadas”.
“La reducción de la deuda externa bruta y el servicio de la deuda a niveles sostenibles y manejables requiere una operación y políticas de deuda exitosas para garantizar un superávit de cuenta corriente lo suficientemente alto a corto y mediano plazo mientras se mantiene el tipo de cambio real cerca de los niveles de 2019”, recomienda el FMI.
Señala que “en el corto plazo, las políticas deben equilibrar la necesidad de apoyar a la economía durante la pandemia y garantizar la estabilidad interna y externa en el contexto de un acceso muy limitado a la financiación”. Agrega que “con el tiempo, una consolidación fiscal gradual y favorable al crecimiento, combinada con políticas monetarias prudentes, es esencial para mantener un superávit comercial, reconstruir las reservas internacionales y garantizar la sostenibilidad de la deuda, aunque el camino dependerá de la evolución de la pandemia global”.
Además, recomienda reformas estructurales para impulsar la capacidad de exportación de Argentina y medidas para alentar la inversión externa directa en sectores con potencial de exportación. A medida que se establezca la estabilidad y disminuya la pandemia, “será necesario un desmantelamiento gradual de los controles a los movimientos de capitales y de los impuestos a la exportación, siempre que la consolidación fiscal esté en camino”.
Fuente: ambito.com