La canasta básica familiar de pobreza se acerca al valor del mínimo no imponible de Ganancias. Esto significa que basta contar con un salario un poco superior al valor de la línea de pobreza para que le descuenten el impuesto a las Ganancias.
Y a la vez el impuesto se lleva una parte mayor de los ingresos de los trabajadores y queda una porción menor para las necesidades básicas que necesitan las personas y familias, indica el diario Clarín.
En números
Por ejemplo, a agosto, el mínimo no imponible para una persona casada, cónyuge y 2 hijos era de $73.102 y la canasta básica familiar de $45.477. Es decir, la canasta básica representaba el 62,2% del mínimo no imponible. Unos años atrás, esa relación llegó a representar el 40%.
Esto significa que, en lugar de $73.102, el mínimo no imponible debería ser de $113.692. En consecuencia, se empieza a tributar Ganancias a partir de ingresos reales más bajos.
El tributarista César Litvin le da otro ejemplo al citado matutino. “Partiendo del 2019 hasta la inflación de agosto el mínimo no imponible para solteros debería estar en $84.291 (hoy es de $55.261) y el de casado con cónyuge y dos hijos a cargo en $111.504, cuando hoy es de $73.102.
El tributarista Daniel Lejman dice que “en 2016, producto de la postergación en el incremento de los mínimos no imponibles y el desfasaje que arrastraban en relación a la inflación, el mínimo no imponible equivalía exactamente al costo de la canasta básica familiar. En 2017, con la actualización que tuvieron los mínimos no imponibles, muy por encima de la inflación, se logró que duplicaran el monto de la canasta básica familiar. De ahí en adelante, los mínimos no imponibles volvieron a perder la carrera contra la inflación, llegando a agosto de 2020 con una canasta básica familiar que sólo cubre el 62% del monto mínimo no imponible”.
Por ejemplo, el mínimo no imponible se ajustó para este año un 44,27%, por debajo del 53,8% de inflación de 2019. Así, con salarios en términos reales más bajos –por la pérdida con relación a la suba de los precios– el peso de Ganancias en los sueldos de los trabajadores es mayor, agrega.
Litvin explica que “esta gran diferencia se origina por dos motivos. El ajuste automático del mínimo no imponible se actualiza por el RIPTE que es un índice salarial promedio que ha estado por debajo de la inflación. Y porque la actualización de ese mínimo es anual y en épocas de alta inflación resulta insuficiente para mantenerlo adecuado al aumento de los precios al consumidor”.
Cuál es la solución
Litvin dice que “la solución a esta problemática es cambiar de índice de actualización por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y ajustar las deducciones en forma semestral. De seguir con los criterios actuales, el Estado está cobrando el impuesto a las Ganancias sin medir adecuadamente la capacidad económica de los contribuyentes”.
“Conceptualmente el minino no imponible debe considerar los gastos de subsistencia de los trabajadores. Si esos gastos aumentan y el mínimo se mantiene inalterable, el impuesto a las Ganancias se lleva parte de lo necesario para el sustento de las personas y familias”, concluye.
Fuente: iprofesional.com