Un informe de la consultora económica señaló que esta situación disparó la liquidez y desequilibró el mercado de pesos
Según un informe de la consultora Ecolatina, la situación fiscal se complicó por la pandemia y la cuarentena, disparando la liquidez y desequilibrando el mercado de pesos, ante la imposibilidad del Tesoro de financiarse con deuda privada.
De acuerdo al relevamiento, entre enero y septiembre el déficit primario del Sector Público acumuló $1,3 billones, rozando 5% del PBI. “Para dimensionar el desequilibrio, vale recordar que todo 2015 este cociente estuvo apenas por debajo de 4%”, argumentaron.
Entre las principales causas de este escenario, desde Ecolatina señalaron que, en primer lugar, corresponde notar que el gasto primario creció casi 70% i.a. en los primeros nueve meses del año. En sentido contrario, producto de la recesión que atraviesa el país, los ingresos públicos avanzaron solo 22% i.a. entre enero y septiembre. De esta manera, el superávit primario de $0,2 billones acumulado en los primeros tres trimestres de 2019 se convirtió en un déficit de $1,3 billones este año. “Con estos valores, se entiende por qué el Banco Central emitió ARS 1,7 billones entre enero y septiembre para financiar al Tesoro y por qué, a pesar de la esterilización vía LELIQs, pases y venta de Reservas, la base monetaria creció 40% en ese período, muy por encima de la inflación acumulada (25%)”, argumentan.
En síntesis, buena parte del aumento del gasto estuvo “forzado por la crisis”. De hecho, al analizar el resto de las partidas extra Covid-19 se encuentran incluso algunos ajustes reales (jubilaciones y pensiones altas). “En una lógica similar, el desplome de la recaudación que provocó la recesión también era difícil de evitar. Por lo tanto, buena parte del incremento del rojo fiscal responde a la pandemia, en línea con lo sucedido en la mayoría de los países del mundo. Sin embargo, no por eso deja de ser desequilibrante: en la mayoría de los países, el financiamiento vía emisión fue menor que en el caso argentino”, explican desde Ecolatina.
Para la consultora, haber sostenido tasas de interés tan bajas en un escenario de liquidez récord, producto de la emisión para cubrir el bache fiscal fue “un error significativo del equipo económico”: “Es cierto que la tasa de interés pasiva es fundamental para determinar el costo de financiamiento de las empresas -en muchos casos, endeudadas incluso para pagar sueldos y sin saber cuándo van a poder volver a vender- y que endurecerla tendría algunos efectos negativos. Sin embargo, los perjuicios de esta liquidez excedente en un contexto de incertidumbre que induce a una mayor dolarización tensó significativamente al mercado cambiario (formal y paralelo), provocando mayores costos que un endurecimiento de la política monetaria”.
Por otro lado, los subsidios económicos implican alrededor de 10% del gasto primario total. En los primeros nueve meses de 2020, acumularon 2% del PBI, su mayor valor desde 2015. Los anuncios acerca de probables ajustes tarifarios en los primeros meses del 2021 reflejan la intención de recortar estos destinos en términos reales.
De acuerdo a las estimaciones de los economistas, en 2021 el Sector Público deberá tener una meta fiscal más ambiciosa que ayude a reducir los efectos negativos del exceso de liquidez, en lugar de agravarlos. “Será necesario también subir la tasa de interés para incentivar el ahorro en pesos, mejorar las colocaciones de deuda en moneda local del Tesoro y corregir la brecha cambiaria actual. Caso contrario, el ‘plan’ se quedará corto: deberá articular las distintas aristas de la política económica, que exceden largamente a la cuestión de las arcas públicas”, reza el informe.
Fuente: ambito.com