El nivel de las comisiones y los plazos de pago están desalentando la emisión de plásticos. También influye el cambio de hábitos de consumo en la pandemia. En cambio, crecen las tarjetas de débito.
Las regulaciones financieras sumadas a la irrupción de la pandemia conformaron un cóctel poco propicio para el universo de las tarjetas de crédito. El instrumento de financiación más expandido del sistema atraviesa una etapa de declinación que se aceleró el año pasado por las razones antes mencionadas. El año pasado, el uso de tarjetas de crédito cayó 11,52% con relación a los datos de 2019. Y, como contrapartida, se registró un aumento de 14,29% en las operaciones con tarjeta de débito, según los resultados del Índice Prisma de Medios de Pago correspondiente al cuarto trimestre de 2020.
Este comportamiento divergente se vino observando desde la primera edición del Índice trimestral. Y refleja, sobre todo, la falta de incentivos de los bancos para emitir tarjetas porque la rentabilidad del negocio quedó muy afectada por las regulaciones que obligaron a bajar las comisiones y a acortar los plazos de pago de las entidades financieras a los comercios. El fenómeno también afecta a las dos empresas adquirentes, como Prisma y Fiserv (ex First Data) que dominan el mercado. Para todos ellos, el ingreso por comisiones se viene reduciendo desde 2017. Y desde este mes quedó en 1,8% para tarjetas de crédito y en 0,8% para débito. Según las fuentes del sector, estos valores “son los más bajos de todos los países de la región”. Por otro lado, las empresas aseguran que sufren un “descalce” financiero de hasta 8 días desde el momento en que deben pagar a los comercios hasta que el consumidor le paga su resumen al banco.
También juega en este panorama, que los consumidores eligieron limitar al máximo su endeudamiento por la incertidumbre que genera la pandemia. Y las pocas opciones de financiamiento utilizadas se inclinan hacia los planes Ahora, que implican tasas por debajo de la inflación.
En el sector financiero rehusaron, ante la consulta de Ámbito, cuantificar el impacto que representa la caída del uso de tarjetas en el ingreso de bancos y empresas de adquirencia. Pero destacaron que, sobre todo en las últimas, el impacto es grande porque tienen costos fijos en dólares e ingresos en pesos.
El retroceso de las tarjetas de crédito también se refleja en una caída de 4,56% en la cantidad de tarjetas activas en el cuarto trimestre de 2020 contra idéntico período de 2019. Pero en la misma comparación la cantidad de tarjetas de débito activas creció 12,26%, según el Índice Prisma. Los expertos también señalan, como dato inquietante, que el menor uso de crédito es un síntoma de que el consumo no logra arrancar.
Fuente: ambito.com