ECONOMÍA – Según un informe, Argentina tiene el potencial para exportar más de lo que importa de combustibles

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Un estudio de IDESA señala que las malas políticas energéticas aplicadas en las últimas décadas, provocaron que el país sea altamente dependiente del gas licuado comprado en el mercado mundial.

La falta de una solución pacífica en la guerra en Europa profundiza la crisis económica de las naciones del mundo. Sucede que a la aceleración de la inflación se le suma la escasez de combustibles. Sin embargo, para el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), los problemas argentinos son fruto de su irresponsabilidad en la formulación de las políticas públicas. 

De acuerdo con el informe, se hace cada vez más intenso el faltante de combustible en el país. “En el interior del país hay faltante de gasoil y de gas licuado, afectando la movilidad en autos particulares, transporte de pasajeros y cargas y la producción (particularmente la agropecuaria)”, señalan.  “Desde el sector se responsabiliza a las demoras en las importaciones de combustible y se alerta de que durante abril el suministro de combustible a las estaciones de servicio seguirá siendo administrado con la aplicación de cupos”, resaltan desde el instituto.

Actualmente, las mayores dudas sobre la normalización giran en torno al impacto sobre el precio de los combustibles derivados de las sanciones a Rusia. El precio del petróleo se mantiene en u$s 100 dólares el barril, cuando el año pasado se ubicaba en el orden de los u$s 68. A su vez, el precio del gas licuado que la Argentina importa está en u$s 40, cinco veces más que en 2021 cuando estaba a u$s 8. De este modo, aumentan las presiones y la incertidumbre en un país de por sí bastante convulsionado.

Desde IDESA se cuestionan si la Argentina tiene necesariamente que estar en riesgo de desabastecimiento dadas las actuales condiciones internacionales. Según datos del Ministerio de Economía se observa que:

  • A partir de 1991 el saldo de exportaciones menos importaciones de combustibles creció hasta llegar a ser en el año 2006 de u$s 7.400 millones a precios actuales.
  • A partir del 2006, el saldo comenzó a declinar hasta llegar al año 2013 a ser deficitario en – u$s 9.800 millones a precios actuales.
  • A partir de allí las exportaciones comienzan a ser más que las importaciones, pero en el 2021 el saldo vuelve a ser negativo en – u$s 1.400 millones.

Los datos muestran que la Argentina tiene condiciones para ser un país exportador neto de combustibles. De hecho, cuando aplicó políticas que podrían catalogarse como racionales logró producir combustibles por encima de lo que consume. En el período 1991 – 2001 había contratos de largo plazo con empresas extractivas que generaron el superávit. En el 2002 se rompen estos contratos y, a pesar de ello, el superávit siguió creciendo hasta el 2006, momento en que empieza a declinar hasta llegar al 2013 con un severo déficit de combustibles. Entre 2015 y 2019 se trataron de recrear las condiciones para las inversiones y recuperar el superávit, pero se revirtieron con el actual gobierno volviendo al déficit energético.

El mundo ahora enfrenta una severa crisis energética por la guerra de Ucrania. Además, hay que tener presente que, aunque se levanten las sanciones a Rusia, la crisis persistirá porque Rusia dejó de ser para Europa un proveedor fiable de energía. Igualmente, la Unión Europea ya está haciendo planes para fortalecer la infraestructura de regasificación de gas licuado que tiene en la densa red de puertos que van desde el Mediterráneo hasta el Mar del Norte. En otras palabras, la Unión Europea ya tiene decidido no ser tan dependiente energéticamente de Rusia.

De acuerdo con el informe, “la reconfiguración del mercado internacional debería ser una gran oportunidad para la Argentina dada su potencialidad para producir gas.” Lamentablemente, las muy malas políticas energéticas aplicadas en las últimas décadas, provocan que el país sea altamente dependiente del gas licuado comprado en el mercado mundial.

A modo de conclusión desde el instituto resaltan que “las reacciones ante la crisis energética son similares a las que genera la preocupante aceleración inflacionaria. En lugar de sincerar el diagnóstico de que con el actual desorden del sector público se generan las condiciones para la alta inflación, se opta por apelar a argumentaciones desconcertantes y planteos simplistas.

Fuente: perfil