Con un pronóstico de crecimiento prácticamente nulo para 2023, los analistas anticipan que la desaceleración de la actividad económica impactará sobre los ingresos fiscales y complicará las posibilidades de refinanciar las deudas provinciales.
Las consultoras privadas marcan que el año que viene el crecimiento será en torno al 0,5%, con una inflación que nuevamente se acercará al 100%. Este escenario de estanflación se sentirá especialmente en las cuentas públicas.
“La solidez fiscal de los gobiernos regionales y locales argentinos se deteriorará a medida que la actividad económica se desacelere, lo que reducirá los ingresos de muchos de ellos”, sostiene un informe de la consultora Moody’s.
La firma advierte que esta caída de los ingresos se enfrentará a crecientes demandas sociales en medio del menor poder adquisitivo y los altos niveles de pobreza y desempleo, lo que empujará a los gobiernos regionales y locales a “aumentar el gasto en los próximos 12 a 18 meses”.
Esta situación ubica nuevamente a Argentina frente a un escenario cíclico: pese a lograr canjes de deuda con alto nivel de adhesión no puede hacer pie.
Para Moody’s incluso después de la reestructuración del 2020, “el costo de la deuda sigue siendo muy alto, lo que erosiona aún más el colchón de liquidez y genera mayores necesidades de refinanciamiento en 2024 y 2025”.
La novedad que traerá el 2023 es que los problemas de deuda se harán sentir en las provincias en medio de la carrera electoral. “La menor actividad económica en Argentina reducirá la captación de ingresos provinciales. Las provincias que recientemente han mostrado débiles resultados operativos, como las provincias de Buenos Aires, Río Negro y Tierra del Fuego, se verán más afectadas”, plantea Moody’s.
“Mayores demandas sociales en medio de una alta inflación presionarán a los gobiernos locales a aumentar su nivel de gastos. Las próximas elecciones provinciales hacen que los administradores públicos sean más receptivos a esas demandas. Esto pondrá a prueba los márgenes operativos en la mayoría de las jurisdicciones, particularmente en aquellas que han pospuesto ajustes salariales en los últimos años”, detallan.
Hasta ahora, las cuentas de las provincias están más saneadas que las de la Nación, lo que les permite colocar deuda en condiciones ventajosas. Sin embargo, Moody’s señala que estos distritos “enfrentan riesgo de liquidez a medida que las reservas internacionales del gobierno federal siguen disminuyendo”.
Los vencimientos de deuda de la Nación y las provincias aumentarán durante el período 2023-2024 y alcanzarán su punto máximo en 2025, “lo que exacerbará el riesgo de reestructuraciones de deuda en el mediano plazo”, advierte Moody’s.
Entre 2023 y 2027 el país deberá refinanciar poco más de US$ 196.000 millones de su deuda pública en pesos y en moneda extranjera. Sobre el subtotal a pagar en moneda extranjera, el 52% (US$ 62.113 millones) se concentran en 2023 y 2024, destaca un informe de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad del Salvador.
El desafío de la deuda en pesos
De cara al año próximo el gobierno nacional arrastra las dificultades que vino enfrentando en las últimas semanas para renovar los vencimientos de la deuda en pesos.
“El Gobierno se topó con un obstáculo para colocar títulos pasado el mandato actual. Esto provocó una concentración mayúscula de vencimientos en los próximos 12 meses, agravando el panorama financiero”, señala GMA Capital.
“Los inversores están poco dispuestos a estirar los plazos aunque sea durante este mandato, resultado que se reflejó en el último canje de bonos duales hasta septiembre de 2023, en el cual la aceptación privada apenas rozó el 20%”, remarcan .
Si el Gobierno no logra reencauzar la renovación de los vencimientos en pesos, lo que queda es una suba del gasto que se cubrirá con mayor emisión.
“En los recientes años electorales el gasto primario subió, en promedio, 5,5% real, trepando 6,2% real en los años de elecciones presidenciales. Si bien al Gobierno se le dificultará conseguir fondos frescos en el mercado, prevemos que en la proximidad de las elecciones presidenciales el gasto primario recobrará impulso, en un intento de incrementar las chances electorales del oficialismo”, señala Equilibra.
Fuente: clarin