Desde la salida de la megacrisis de 2001, la economía argentina experimentó cinco recesiones. La última, todavía en proceso, se inició a principios de 2018. La provincia de Santa Fe sigue el patrón nacional pero con una característica propia: las fases de expansión son más cortas y las recesivas más largas. Así surge del análisis que realizó el centro de estudios de la Bolsa de Comercio de la capital provincial sobre la evolución de los ciclos económicos argentino y santafesino entre 2002 y 2018.
La entidad santafesina elabora, precisamente, el Indice Compuesto de Actividad Económica de Santa Fe (Icasfe), que mide mensualmente la actividad económica en el territorio.
Los investigadores de la Bolsa de Santa Fe compararon la evolución del Icasfe en el período analizado, con la del Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae), que confecciona el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) para anticipar las fluctuaciones del Producto Bruto Interno (PBI).
Tomando como punto de partida el año 2002, testigo del ocaso de una de las mayores crisis socioeconómicas de la historia, el país registró cinco períodos contractivos en los últimos 16 años. Cuatro de ellos se registraron en la presente década. Uno de ellos, el actual, permanece inconcluso y es el de mayor impacto. Incluso supera a la caída inducida por la crisis mundial de 2008/2009, que cortó en Argentina la prolongada expansión de la posconvertibilidad.
Más acá en el tiempo, la economía nacional experimentó fases recesivas en 2012, en 2014 y en 2016. En términos estadísticos, estas fases se identifican a partir del mes siguiente del pico de actividad y se extienden hasta el mes que se identifica como valle, a partir del cual se inicia un período de expansión. En el caso de la Argentina, hasta septiembre 2011 se registra “crecimiento genuino”, es decir por encima del pico alcanzado precedentemente.
Los economistas del centro de estudios identificaron, en su análisis, una serie de rasgos relevantes. A saber:
•Tomando la crisis socieconómica de 2001-2002, como punto de partida, en 16 años la economía nacional registró cuatro fases recesivas completas y atraviesa actualmente la quinta, iniciada en febrero de 2018.
•En el mismo período, la actividad de Santa Fe mostró un patrón cíclico similar, con pequeñas disparidades en las fechas de inicio y finalización de las fases. En promedio, las fases expansivas completas duraron 28,4 meses, 6,6% más cortas que las nacionales, mientras que las fases contractivas completas se extendieron por nueve meses, 15,4% más.
•En relación con la cantidad de sectores económicos que aportan positiva o negativamente a la actividad económica, el análisis indica que la actual recesión es la de mayor impacto dentro del período analizado, seguido de 2008-2009 (crisis financiera internacional y sequía histórica). Los mejores registros de expansión se dieron en el ciclo 2002-2008. En los últimos tres períodos de crecimiento, la cantidad de sectores que impulsó a economía fue menor.
•Tres sectores de gran envergadura, como la industria, el comercio y el sector inmobiliario contabilizaron contracciones en todas las recesiones estudiadas. El comercio menguó, en promedio ,10,5% durante las cinco fases recesivas, mientras que la industria lo hizo en 8,8%.
Desde septiembre de 2011 la economía argentina no logró repetir un crecimiento análogo al de la primera y segunda fase expansiva. A partir de allí, la economía registra períodos de altas y bajas más cortas y de menor amplitud. Entre aquel pico y el del de febrero de 2018, la variación neta de la actividad es de 3,68%. Anualizado, es de 0,56%.
En Santa Fe, el ciclo registrado por el Icasfe expone la misma cantidad de recesiones. La diferencia es que las fases expansivas nacionales duran en promedio 30,4 meses, en la provincia se prolongan por 28,4 meses. Las contractivas promedian 7,8 meses en Argentina, mientras que en Santa Fe, nueve.
Hasta el año pasado, la peor recesión desde la crisis de 2001/2002 había sido la de 2008. Pero el actual ciclo depresivo la superó ya que ya lleva nueve meses de caída, con una contracción de 6,7%. A nivel provincial, la Bolsa destacó que las fases contractivas de 2013/2014 y de 2015/2016 fueron más cortas y de menor envergadura que la recesión asociada a la crisis mundial, pero igualmente registraron tasas anualizadas de caída muy pronunciadas de 5,7% y 5,8% respectivamente.
Además de la duración y la amplitud, el estudio de las recesiones incorpora su difusión, es decir el comportamiento de los sectores. En la recesión de 2008/2009 este indicador registró el mínimo. De 16 componentes, sólo cuatro en promedio mostraron un crecimiento positivo durante los seis meses anteriores. Este piso no fue traspasado en las posteriores fases contractivas, salvo en la actual recesión.
En la primera fase de contracción, los tres sectores más perjudicados fueron pesca (-25,1%), agricultura y ganadería (-24,4%) y comercio (-16,4%). En 2011/2012 los sectores más comprometidos fueron agricultura (-8,7%), pesca (-6,7%) e industria manufacturera (-6,3%). En la tercera fase contractiva, los sectores con peor desempeño fueron pesca (-9,6%), industria manufacturera (-8,3%) e intermediación financiera (-5,5%). En 2015/2016, los sectores más afectados fueron construcción (-15,8%), comercio (-15,8%) y pesca (-10%).
El estudio aclara que hubo algunos componentes que aumentaron aún en con un contexto de contracción general. Dos de ellos tienen que ver con la intervención estatal: servicios sociales y de salud, y de administración pública. Esto empezó a cambiar con la actual recesión, en la que también se registra menor actividad en estos sectores.
Fuente: lacapital.com