ECONOMÍA – Índice de Competitividad Global: ¿Qué lugar ocupa la Argentina?

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El país se ubica en el puesto 36 sobre 41 naciones. De este modo, el país quedó ubicado entre los peores lugares del listado que determina la preparación que tiene una nación para enfrentar desafíos económicos.

La Argentina volvió a caer posiciones en el ranking global de competitividad, un informe elaborado por el Foro Económico Mundial, que mide 11 variables y que colocaron al país en el puesto 36 sobre 41 naciones. De este modo, el país quedó ubicado entre los peores lugares del listado que determina la preparación que tiene una nación para enfrentar desafíos económicos.

Según el relevamiento, la Argentina obtuvo un puntaje de 41 sobre 100 y con peor desempeño se ubicaron: Turquía (45,2), México (46,9), Grecia (47,2) Hungría (48,1) y Polonia (48,8).

En el otro extremo, se ubicaron: Finlandia con 69,9, Suecia con 68,5, Dinamarca con 66,5, Holanda con 66,3 y China con 65,5. La tabla difundida por el Foro obedeció a la situación generada por pandemia, por lo que no se trata del listado habitual que divulga cada año.

Entre los factores que se tienen en cuenta para confeccionar el listado se encuentra la posibilidad de “garantizar que las instituciones públicas incorporen principios de gobernanza sólidos y una visión a largo plazo y generen confianza al servir a sus ciudadanos”.

También se analiza el sistema tributario, si se trata de un plan progresivo y con qué nivel son gravadas las corporaciones y la riqueza.
Además se tienen en cuenta los planes de estudios educativos y ampliar la inversión en las habilidades necesarias para los mercados del futuro relacionados con el conocimiento y las habilidades digitales.

Eduardo Fracchia y Martín Calveira, del área de Economía del IAE Business School, analizaron las principales variables que se evaluaron en el Reporte elaborado anualmente por WEF (World Economic Forum), en el marco de un año “excepcional”,

El Informe de competitividad global, cuya primera edición se publicó en 1979, es realizado anualmente por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) y realiza una evaluación anual de los determinantes de la productividad y del crecimiento económico a largo plazo. En nuestro país, el IAE Business School de la Universidad Austral administra este informe junto al WEF desde el año 1994.

Eduardo Fracchia y Martín Calveira, ambos economistas que trabajaron en la recolección y sistematización de los datos, explicaron las particularidades de esta edición especial 2020 del Informe de Competitividad Global titulado Cómo se están desempeñando los países en el camino hacia la recuperación. “Se combinaron datos históricos y los resultados de discusiones de expertos para resaltar las prioridades existentes y emergentes, no solo para reiniciar el crecimiento económico mundial post pandemia Covid-19, sino también para establecer una nueva dirección que brindará prosperidad sostenible e inclusiva en los años venideros”.

En ese sentido, el Informe también ha introducido un intento preliminar de medir la disposición de los países a transformar sus economías de acuerdo con esta nueva dirección. La edición de este año hace una pausa en las clasificaciones comparativas de países en el Índice de Competitividad Global, para realizar este análisis de cómo las economías deberían pensar en la reactivación y la transformación, a medida que se recuperan y rediseñen sus sistemas económicos para mejorar la economía humana.

“El informe proporciona vías para que los líderes tomen medidas proactivas para incorporar políticas transformadoras, inversión en distintos aspectos y nuevos objetivos en el proceso de recuperación. Se presentan prioridades de distintas áreas temáticas para que los responsables de la formulación de políticas las consideren a fin de desarrollar sistemas económicos productivos que mejoren la prosperidad y sean compatibles con el medio ambiente”, explicaron Fracchia y Calveira sobre la motivación de esta edición especial.

Según el análisis, las prioridades para que los países puedan lograr una transformación futura son las siguientes:

  1. Garantizar que las instituciones públicas incorporen principios de gobernanza sólidos y una visión a largo plazo y generen confianza al servir a sus ciudadanos.
  2. Actualizar la infraestructura para acelerar la transición energética y ampliar el acceso a la electricidad y las TIC.
  3. Incorporar un sistema tributario más progresivo, repensando cómo se gravan las corporaciones, la riqueza y el trabajo, a nivel nacional y en un marco cooperativo internacional.
  4. Actualizar los planes de estudios educativos y ampliar la inversión en las habilidades necesarias para los mercados del futuro relacionados con el conocimiento y las habilidades digitales.
  5. Repensar las leyes laborales y la protección social para la nueva economía y las nuevas necesidades de la mano de obra.
  6. Ampliar la infraestructura, el acceso y la innovación del cuidado de personas mayores, el cuidado de niños y la salud en beneficio de las personas y la economía.
  7. Incrementar los incentivos para dirigir los recursos financieros hacia inversiones a largo plazo, fortalecer la estabilidad y expandir la inclusión.
  8. Repensar los marcos de competencia y antimonopolio, necesarios en la denominada Cuarta Revolución Industrial, asegurando el acceso al mercado, tanto a nivel local como internacional.
  9. Facilitar la creación de mercados modernos relacionados con las nuevas tecnologías, especialmente en áreas que requieren colaboración público-privada.
  10. Incentivar y ampliar las inversiones de los pacientes en investigación, innovación e invención que puedan crear nuevos mercados modernos.
  11. Incentivar a las empresas para que adopten la diversidad, la equidad y la inclusión para mejorar la creatividad.

El modelo nórdico lidera la transformación

“A la luz de los resultados respecto al posicionamiento de países sobre las prioridades para la transformación económica, el ´modelo nórdico´ es el más prometedor para llevar los sistemas económicos hacia una mayor sostenibilidad y prosperidad con inclusión”, señalan Fracchia y Calveira respecto de las conclusiones del reporte.

Estos países, entre los que se encuentran Finlandia, Dinamarca y Suecia, se posicionan entre los mejor preparados en la mayoría de las 11 prioridades. Concretamente, Dinamarca y Finlandia aparecen en cuatro oportunidades entre los 3 primeros, mientras que Suecia aparece tres veces y Estados Unidos se encuentra entre los tres primeros tres veces en las 11 categorías, con un buen desempeño en áreas como la inversión en investigación y generación de patentes.

La magra performance de Argentina

Argentina se encuentra en las posiciones más bajas de puntaje respecto a los factores de transformación compartiendo grupo con Eslovaquia, India y Polonia. En todos los aspectos se encuentra por debajo de la media, lo cual brinda un panorama desalentador y cubierto de desafíos respecto a la economía del futuro.

Al respecto, Fracchia y Calveira reflexionan: “Los desafíos que se desprenden del análisis del WEF para nuestro país en particular no son menores, ya que se vinculan con características estructurales de las economías. El rol de la inversión principalmente en conocimiento y capacitación de los trabajadores en el marco de la evolución de los mercados hacia una mayor participación del conocimiento, información y servicios serán fundamentales.”

A su vez, en algunos factores nuestro país tiene la calificación más baja dentro de todos los países relevados, tales como en incentivos para dirigir los recursos financieros hacia inversiones a largo plazo, fortalecer la estabilidad y expandir la inclusión y en facilitar la creación de mercados modernos relacionados con las nuevas tecnologías, especialmente en áreas que requieren colaboración público-privada. Mientras que, en otros casos, vinculados a la competencia, como los marcos de competencia y antimonopolio, necesarios en la Cuarta Revolución Industrial, está muy lejos de la media.

Fuente: ambito.com