ECONOMÍA – No habrá billetes de $5.000, se eliminan los animales y vuelven los próceres

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Tampoco habrá un billete de curso legal con la imagen de Diego Maradona por posibles litigios que puedan aparecer en el futuro.

El gobierno nacional descartó por el momento la posibilidad de imprimir billetes de $2.000 y de $5.000 por un tema técnico y también político, ya que emitir papel moneda de mayor denominación no es visto como una buena señal en un año electoral.

En mayo del año pasado el billete de $5.000 ya tenía diseño. Llevaba en el frente una imagen del sanitarista Ramón Carrillo y Cecilia Grierson, la primera médica argentina. Pero deberá seguir esperando para salir al mercado.

Por otra parte, se reemplazarán las figuras de animales por la de personalidades relevantes de la historia, teniendo en cuenta la perspectiva de género e incluso con la posibilidad del regreso de dos próceres que abandonaron el papel moneda en forma reciente.

En este sentido las figuras de José de San Martín y de Manuel Belgrano podrían volver a ilustrar papel moneda este año.

La idea original y avanzada de emitir un billete de 5.000 pesos quedó descartada por tres motivos, principalmente:

– Técnico: las autoridades creen que con la cantidad de billetes en circulación es suficiente para el normal funcionamiento de la economía.

– Estratégico: sería una señal en contrario a la promoción de uso de dinero electrónico que lleva adelante el Banco Central.

– Político: emitir papel moneda de mayor denominación no es visto como una buena señal en un año electoral.

También se definió que no habrá un billete de curso legal con la imagen de Diego Maradona por posibles litigios que puedan aparecer en el futuro, aunque podría haber una emisión en homenaje al astro del fútbol.

En tanto, el billete de 100 pesos con la imagen de Eva Duarte de Perón sería el único que permanecería inalterable en el nuevo conjunto.

Alta denominación

Uno de los efectos que también trae la elevada inflación argentina es que la impresión de billetes de más alta denominación crece a pasos agigantados, para satisfacer la demanda de la gente. El dato preocupante es que esto es un claro síntoma, entre otros factores, del aumento del costo de vida. 

Sobre todo, el mayor uso de la “maquinita” de hacer dinero se observó en el último mes del 2020, por la mayor necesidad de pesos para pagar compromisos de fin de año, como aguinaldos, regalos para las fiestas, salida de vacaciones, compra de dólares y otros pagos que se deben realizar de forma estacional.

Esto se evidencia de forma notoria en la última información del Banco Central, publicada en este comienzo de 2021, donde revela que solamente en diciembre pasado se emitieron 158,7 millones de billetes de $1.000 y 64,8 millones de unidades de los de $500.

En el primer caso, representa un incremento de 20,7% en la impresión de los papeles de mayor denominación en tan sólo un mes, un monto muy alto debido a que la cantidad total de ese valor que circula entre el público y los bancos, en la actualidad, es de 926,2 millones de ejemplares.

En dinero, equivale a que solamente en figuras del hornero se volcaron en diciembre unos $158.700 millones.

Y si se analiza el alza que hubo en la impresión de billetes de $1.000 en 2020, el resultado es mucho más impactante: escaló 750% durante todo el año pasado, ya que a inicios de enero de ese período había un total de 372,9 millones de papeles de este más alto valor.

Un crecimiento en la impresión que sorprende aún más, sobre todo si se compara que el stock registrado a inicios de 2019 era de 109 millones de billetes con la imagen del hornero. Es decir, en apenas dos años creció casi 8 veces.

Síntoma de la inflación

Evidentemente, en este importante incremento de la emisión monetaria influyó la necesidad del Banco Central de volcar más pesos a la “calle” para compensar la retracción en la actividad económica, que los diversos analistas calculan que fue del -10% en el acumulado del 2020.

También influyó la elevada inflación, que genera que se necesite utilizar más dinero para poder adquirir la misma cantidad de bienes.

La impresión de billetes de $1.000 y $500 subió de forma notoria en diciembre pasado.

Por el lado de los billetes de $500, el alza en la cantidad registrada en diciembre fue de 6,5% (64,8 millones de unidades), lo que equivale a volcar sólo con esta denominación unos $32.400 millones a la calle durante el último mes del año pasado.

En todo el 2020 se emitió con la imagen del yaguareté casi 198 millones de ejemplares, es decir, aumentó el volumen un 23%.

Y si se analiza la emisión total de los diferentes billetes, en todo el año que acaba de finalizar, se observó un aumento de 27,9% en la cantidad de unidades en poder de la gente y los bancos, debido a que a fin de diciembre se registró un total de 6.959,6 millones de papeles respecto a los 5.443,2 millones que había a inicios del 2020.

Una cifra más coherente con la inflación registrada en todo el 2020, que según economistas se ubicó en torno al 40%.

En resumen, entre los billetes de $1.000 y $500 se volcaron a la calle y bancos en diciembre último unos $191.100 millones, monto que coincide con un informe de fines de noviembre pasado de Delphos Investment, que estimaba que el dinero en circulación podía aumentar alrededor de $200.000 millones en diciembre.

Otro dato que confluye con estas cifras fue la necesidad imperiosa que tuvo el Banco Central hace dos meses respecto a importar billetes, para poner en la calle una mayor cantidad de dinero para poder cubrir la demanda.

Incluso, la entidad monetaria informó públicamente que importó papeles de $1.000 desde las casas de la moneda de Brasil y España.

Por el lado del vecino país, ingresaron unas 400 millones de unidades, cifra que representa el 70% del volumen total de estas nuevas adquisiciones de billetes al extranjero.

Y los restantes 170 millones de billetes con la imagen del hornero procedieron de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) de España, por los cuales se pagó un precio récord de u$s126 por cada millar.

La cantidad necesaria de billetes de $1.000 creció de tal manera que se debieron importar unidades de Brasil y España.

“Diciembre y enero son meses estacionalmente altos en la emisión por el mayor PBI nominal que puede registrase debido a la recuperación económica e inflación“, dice a iProfesional el economista Francisco Gismondi, director de Empiria Consultores y ex director del Banco Central.-

Fuente: iprofesional.com