ECONOMÍA – El triple impacto de la sequía: sobre la producción, el ingreso de dólares y la inflación

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La falta de precipitaciones se siente en diferentes actividades. A partir de las pérdidas en el trigo y las demoras para iniciar la campaña maicera, anticipan más inconvenientes para la exportación y acumulación de reservas, además de efectos sobre los niveles de precios

Las zonas productivas más afectadas por la escasez de precipitaciones son el centro y norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe, Córdoba, Chaco, Santiago del Estero, San Luis y la región del NOA. En los últimos días hubo un pequeño respiro ante el registro de precipitaciones. Según los datos aportados por el Instituto Clima y Agua del INTA Castelar, hasta el viernes las precipitaciones más importantes se registraron sobre Mendoza, centro y norte de Entre Ríos, Corrientes, Misiones, este de Formosa, con acumulados que superaron los 50 milímetros. En el resto de la Región Pampeana también se registraron lluvias, pero de menor magnitud, como sucedió en áreas de Córdoba, centro y norte de Santa Fe, Santiago del Estero, Chaco y Formosa.

Para lo que se viene en la semana que está por comenzar hay pronósticos de lluvias aisladas y también acompañadas de tormentas de variada intensidad sobre gran parte del centro y norte del país, en particular sobre regiones del área pampeana. Los mayores acumulados se registrarían sobre el centro y sur de Córdoba, sur de Santa Fe. áreas de Entre Ríos y Corrientes. Más allá de todo esto, desde diferentes sectores consideran que la problemática actual de sequía, a lo que se sumaron las heladas tardías, no se va a resolver con lluvias de estas características

El principal impacto de la situación es en la actual campaña agrícola. Ya son importantes las pérdidas en materia de trigo, con casi 400.000 hectáreas que no se podrán cosechar y una cosecha total que podría ubicarse por debajo de los 15 millones de toneladas, y también registra retrasos importantes en la siembra de maíz. En relación al caso triguero, hay que agregar que la Bolsa de Comercio de Rosario ya advirtió que en materia de exportaciones se perdieron más de USD 1.500 millones, complicando aún más el ingreso de dólares para las reservas del Banco Central.

Horacio Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), comentó a este medio que “la situación es muy delicada, donde por ejemplo en el oeste y norte de la provincia de Buenos Aires se está en una zona de desastre por el efecto de la falta de lluvias. No hay registro de una ventana de casi 6 meses sin lluvias. Estanos activando todos los mecanismos desde las rurales para reunir a las comisiones de emergencia y los intendentes, para solicitar al Gobierno provincial que se declare la emergencia con un decreto firmado por el gobernador, para luego que sea homologado a nivel nacional”.

El dirigente sostiene que el accionar que se está realizando por estas horas, tiene como objetivo aliviar la situación del sector productivo en materia financiera e impositiva. Pero advirtió que de continuar la problemática de la sequía, se deberá reclamar al Estado una asistencia económica a los productores que no van a poder enfrentar las condiciones climáticas adversas. A todo esto, el viernes pasado la Federación Agraria Argentina (FAA) emitió un comunicado donde expresaron que “es tiempo de respuestas”, y coincidieron con el pedido de la Sociedad Rural Argentina (SRA) para que se deje de cobrar anticipos de ganancias.

Un informe realizado por el Grupo Lonja precisó, que si bien falta determinar el rendimiento de cosecha que alcanzará el trigo, el productor perderá USD 405 por hectárea y el Estado se llevará una ganancia de USD 78, en un contexto de rendimientos de 15 quintales por hectárea. Ahora bien, con una cosecha de 20 quintales, el productor pierde USD 205 por hectárea, y el Estado gana USD 104; y con 25 quintales de rendimiento, el Estado alcanza los USD 130 y el productor un quebranto de 105 dólares. Es decir, que en todos los casos el Estado siempre gana.

Variables

La menor producción que registrará el campo por la sequía va a provocar más complicaciones a la economía nacional, con especial atención que habrá que tener en los niveles de inflación y al ingreso de dólares por las exportaciones del agro, que son las más importantes del país. Salvador Distéfano, Analista de Economía y Negocios, señaló en diálogo con Infobae que la actual campaña de trigo “no le va a dejar al Gobierno los dólares necesarios para transitar el verano. Y en lo que hace a maíz y soja, hubo muy poca siembra del cereal de primera, y la ventana de soja y maíz tardío se puede retrasar por la ausencia de precipitaciones”.

A partir de esto, el especialista dijo que la sequía afectará a dos variables de la economía: “Una es la cantidad de dólares que ingresarían a las reservas del Banco Central el año próximo, y la segunda es a lo que se recaude para el presupuesto. Hay que recordar que el Gobierno ya consiguió dictámen en diputados del Proyecto de Presupuesto 2023, y hay mucha polémica respecto a algunos artículos que se incluyeron en el mismo”, comentó.

Al respecto, agregó que la polémica gira en torno al artículo que busca devolverle al Poder Ejecutivo las atribuciones para manejar las retenciones a las exportaciones del agro, que podría derivar en un incremento del 3% de las retenciones al trigo y maíz, aunque desde el Gobierno descartaron que se aplique una medidas de esas características.

Otro de los ítems del Proyecto de Presupuesto que mencionó Distéfano, “es el hecho de que pueda haber un blanqueo para las importaciones, es decir que se van a tener que importar productos con el dólar blue o el dólar mep a $300. Eso seguramente incrementaría fuertemente los costos empresariales y eso tarde o temprano va a llegar a más inflación. En lo que hace al campo, desde que asumió Alberto Fernández la inflación fue del 274%, y la devaluación del dólar mayorista un 170%. Qué significa todo esto, que para la gente del sector agropecuario los ingresos subieron por la escalera y los gastos de estructura subieron por el ascensor”.

Y concluyó: “Todo eso lo deja con muy poca rentabilidad al sector, con flujo muy pequeño para los establecimientos rurales y que derivará en replantearse el negocio, porque hay poco margen. Y si a eso le sumamos el impacto de la sequía el escenario del 2023 para las empresas agropecuarias se torna muy difícil”.

Los alimentos que llegan a la mesa

También habrá que prestar atención al impacto del clima adverso en aquellas producciones regionales que tienen una importante presencia en el consumo de alimentos en el mercado interno. Pablo Vernengo, Director Ejecutivo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, comentó que hasta el momento “hay producciones muy castigadas”, y calculó una caída de producción de entre un 25 y 35% en el promedio general de todas las actividades regionales.

Además, mencionó a las producciones más afectadas por la situación, como todo el sector hortícola de la provincia de Buenos Aires, la zona de Cuyo con la fruta de pepita, durazno, ciruela; a la vitivinicultura, que también enfrenta más costos para el uso de los equipos de riego y por ende eso se debería trasladar a los precios en góndola, con el atenuante de que hay una caída del poder adquisitivo de la población y eso limita trasladar a precio el incremento de los costos. También es complicado el panorama para el algodón, la lechería y la ganadería.

“Hay algunas atenuaciones que se dieron en el norte del país en las últimas semanas, como es el caso de Jujuy y Salta, pero también hay un efecto de altas temperaturas y las heladas que complicaron el panorama. Hubo que cerrar cosechas por todos los inconvenientes que mencionamos, y a lo que se sumó la falta de mano de obra, como en la yerba mate y la caña de azúcar. Es un panorama complejo y expectante, porque calculamos una merma de producción de un 25 y 35% por el efecto de la sequía, y hay algún aliciente para que se produzcan algunas lluvias generalizadas y con algunas de importancia”, concluyó.

Fuente: infobae