ECONOMÍA – El impacto del calor récord en el trigo preocupa a la Bolsa de Comercio de Rosario

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Las altas temperaturas pueden afectar el desarrollo del cultivo en la etapa actual. Los agricultores y técnicos buscan minimizar los posibles efectos.

Las altas temperaturas registradas en la región núcleo en el inicio de agosto, con máximas de calor récord, impactaron en el cultivo de trigo y generaron preocupación entre los agricultores y técnicos de la zona, señaló la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Estas condiciones extremas se suman a un julio inusualmente cálido, indicó la BCR en un informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA).

En la etapa actual del cultivo, las altas temperaturas pueden afectar su desarrollo, advirtió el trabajo. Según expertos consultados por la entidad, el trigo requiere horas de frío para producir macollos, pero las elevadas temperaturas de julio están acelerando las tasas de desarrollo y crecimiento del cultivo, lo que puede acortar el período de macollaje.

Esta aceleración del macollaje puede resultar en un menor número de espigas por metro cuadrado y afectar el rendimiento del trigo. En ese sentido, en algunas localidades, se ha observado una disminución del 50% en la producción de macollos respecto a un año normal.

Además, la situación es más grave en áreas donde julio dejó más de 30 mm de lluvia, ya que han surgido preocupaciones por la aparición de enfermedades fúngicas, como la roya anaranjada, que podría requerir múltiples aplicaciones de control. “La escasa oferta de agua también es un factor preocupante para gran parte de las zonas productivas de la región núcleo”, advirtió el trabajo.

Cuáles son los pronósticos para el trigo según la BCR

Los pronósticos a mediano plazo indican que la primera década de agosto seguirá con bajos niveles de agua, lo que afectará aún más la condición del cultivo. Así, “las temperaturas récord y la escasez de agua están generando un escenario incierto para el cultivo de trigo en la región núcleo”, remarcó la BCR.

Por ello, indicó, agricultores y técnicos están atentos a los desarrollos climáticos y tomando medidas para mitigar los posibles efectos negativos sobre el rendimiento y la calidad del trigo. La situación exige una “gestión cuidadosa y adaptativa” por parte de los productores para enfrentar los desafíos impuestos por el clima cambiante, concluyó el trabajo.

Fuente: ambito