ECONOMÍA – “Déficit cero” en duda: los motivos por los que el FMI le pide al Estado que gaste menos

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El organismo habla de “mayor restricción”, pero a la vez le permite al Gobierno disponer de 0,3% del PBI para asistencia social y 0,2% para gastos de capital sin incumplir el acuerdo stand by

 En un año en que la recaudación crece por debajo de lo previsto y las prestaciones sociales se ajustarán por encima de la inflación en la segunda parte del año, el FMI ya le advierte al Gobierno que debe realizar “una mayor restricción en el gasto gubernamental” para alcanzar el déficit cero, pero también le permite estirarse a un déficit primario de 0,5% del PBI activando los ajustadores del gasto social y de capital.
Sucede que el Gobierno logró superávit primario (sin contar el pago de intereses de la deuda) en el primer bimestre del año, pero para el primer semestre ya se duda que se pueda alcanzar un colchón para poder solventar una segunda parte del año que estará cargada con mayores gastos. Y se le dificultará lograr el equilibrio primario a fin de año.

De hecho, el reporte técnico de la tercera visita el mes pasado en Argentina, recomienda que “lograr un déficit primario cero en 2019 requerirá una mayor restricción en el gasto gubernamental”.

La alerta se encendió porque la recaudación cae en términos reales desde julio del año pasado debido a la recesión.

En tanto, las retenciones a las exportaciones, que se instalaron para financiar la mitad del déficit primario que hay que bajar este año, están creciendo por debajo de lo previsto: el año pasado se recaudaron $114.160 millones en vez de 165.733 millones de pesos.

Para este año se habían previsto $432.812, y si bien todavía falta que se liquide la cosecha gruesa, ahora en abril, los analistas ya esperan que se recaude menos de lo previsto. Por ejemplo, el Estudio Broda prevé que falten unos $80 mil millones menos de derechos de exportación.

Con todo, el Gobierno esperaba que la inflación, mayor a la prevista, generara los recursos adicionales para compensar la baja en la recaudación por la contracción de la actividad.

Del lado del gasto, la movilidad generará una suba del gasto previsional por encima de la inflación en el segundo semestre -debido a que se ajusta con la inflación pasada en un contexto de inflación descendente-.

Broda estimó que para afrontar ese gasto inflexible se “requiere un ajuste brutal en el resto del gasto”, del 16,3% en los subsidios económicos, gastos de funcionamiento, transferencias corrientes a provincias y gastos de capital. Así el consenso de los analistas daba por descontado un piso déficit primario de 0,5% del PBI (Broda lo estiró al 1,4 por ciento).

Ahora el reporte del staff recomienda al directorio del FMI aprobar una suba en el gasto social de 0,2% al 0,3% del PBI.

Se trata de un “ajustador” del equilibrio primario, que figura en el acuerdo firmado con el Fondo y le permite al Gobierno elevar el gasto los programas de protección social, como la AUH, asignación familiar por embarazo y ayuda escolar anual.

El Gobierno ya utilizó un 0,1%, unos $15 mil millones, al anticipar el aumento de la AUH para todo el año para marzo. Ahora podría elevar el gasto social unos 45 mil millones de pesos.

En tanto, el Gobierno ya contaba con otro “ajustador”, de 0,2% del PBI, para proyectos de capital financiados por organismos internacionales. Es decir, que Hacienda puede mostrar un 0,5% del PBI de déficit primario a fin de año sin que se haya incumplido el acuerdo con el FMI.

Fuente: infobae.com